Víctor Manuel García

¿Patria boba o patria de bobos?

Víctor Manuel García

¿Estamos en una nueva patria boba? O ¿en una patria de bobos? Esas son dos preguntas que algunos en Colombia nos hacemos.

Es que el presidente Petro parece empeñado en dar todas las semanas “papaya” para que su popularidad se vaya cada vez más a pique, porque hay que decirlo es en muchos aspectos impredecible.

Por ejemplo, el sábado 20 de julio, Gustavo Petro sorprendió con dos desplantes a las instituciones militares y de policía del país, y de paso a gran parte de la ciudadanía que se congregó para ver el tradicional desfile militar que conmemora el día de la independencia.

Y fue doble el desplante porque no solo le bastó llegar tarde al inicio del desfile, el cual, por primera vez en la historia reciente del país, inició sin la presencia del primer mandatario, una llegada tarde que ya es una costumbre patológica y que fue rematada con la intempestiva salida del presidente antes que culminará la parada militar, algo también inusual en esta ceremonia.

La verdad muchos nos preguntamos ¿a qué juega el presidente? ¿por qué su afán de provocar polémica alrededor de cosas y símbolos fáciles de respetar?

Ahora y para rematar, su discurso de instalación del Congreso tampoco estuvo exento de polémica y de situaciones que en algunos puntos parecían absortos, extraídos de la realidad, como si estuviera realmente viendo un país distinto. Ojo, también se le abona y reconoce su altivez para aceptar su responsabilidad política frente al escándalo de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo.

Pero ¿por qué patria boba? …pues nada más hay que ver algunas facciones de la otra orilla política y su “capacidad” argumentativa de algunos alfiles opositores, de los cuales sin duda dos de sus grandes exponentes son Miguel Uribe Turbay, senador nieto del expresidente Turbay y el representante a la Cámara conocido como “Polo Polo”, dos congresistas que dan una clara muestra de lo bajo que ha caído en términos intelectuales y de debate académico la política nacional.

Es que los discursos de estos dos congresistas más allá de la viralidad en redes sociales, dan vergüenza ajena, pues ambos, siendo congresistas con sueldos mayores a 45 millones de pesos mensuales y con supuestamente un equipo de asesores que le cuestan al Estado cerca de 70 millones de pesos al mes para cada uno, solo atinaron a fundamentar sobre la hora de levantarse a trabajar el presidente, como lo hizo el senador Uribe Turbay y el otro a hacer referencia a un tema matrimonial del primer mandatario.

Definitivamente no hay derecho que estemos presenciando tal espectáculo, es bochornoso, penoso e increíble que hayamos caído a tan bajo nivel en la política colombiana.

Sin duda el 2026 será una nueva oportunidad para que elijamos bien y no nos dejemos llevar por redes sociales llamativas, sino por la capacidad argumentativa de los candidatos, no solo a la Presidencia sino al Congreso, pues a veces se nos olvida que ese Congreso es tan importante en el desarrollo del país, como lo puede ser un presidente.

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