Juan Camilo Vanegas

Ley de garantías

Juan Camilo Vanegas

Para 1748 Charles de Secondat, mejor conocido como Montesquieu, determinaría las bases del estado moderno con la separación de poderes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) y el sistema de pesos y contra pesos. Propone el Barón de Montesquieu que dentro del sistema político deben existir mecanismo de control a cada una de las ramas del poder, para evitar los excesos y garantizar la existencia de la democracia. La ley de garantías nace a través de la ley 996 de 2005, bajo ese mismo espíritu, buscando en el contexto de la primera reelección de Uribe, garantizar la neutralidad de los servidores públicos en los procesos electorales, para que tanto candidatos como electores pudieran aprovechar los recursos del estado de igual forma. En ese orden de ideas con la ley de garantías se limita el ejercicio de la función gubernamental en medio de los procesos electorales restringiendo los cambios en la nómina estatal y la contratación directa como medios para hacer campaña electoral desde el estado.

Aunque apenas haya sido concebida en 2005, esta es una limitante que debería haberse establecido en la Constitución de 1991 como un mecanismo de control a los partidos de gobierno en medio de los procesos electorales, ya que generalmente, todo aquel que está en el poder busca continuar. Tal fue el caso del expresidente Santos que en el 2015 cuando el Congreso eliminó la reelección presidencial, argumentó que también debía acabarse la ley de garantías al haber sido creada para el contexto de la reelección. Esta semana el Presidente Duque, al igual que Santos, propuso acabar la ley de garantías, a pesar de haberse opuesto en el 2015, ya que, según él, implica un año en el que las regiones estarán limitadas en la contratación afectando la ejecución de los entes territoriales. Dos políticos y dos ideologías que se supone son opuestos, pero que coinciden en el planteamiento de dejar al aparato estatal libre de limitantes durante los procesos electorales generando más corrupción y politiquería. Limitar la contratación de bienes y servicios y la movilidad de la nómina en vísperas de las elecciones garantiza que quienes están en el gobierno no utilicen estos medios para incidir en los resultados de las elecciones.

Entonces, la ley de garantías se constituye en un elemento esencial para garantizar pesos y contra pesos en medio de las contiendas electorales y que quien este ocupando el aparato estatal no tenga la posibilidad de intervenir en las elecciones para garantizar procesos justos y transparentes. Contrariamente a lo que propuso Santos y hoy propone Duque, la ley de garantías debe mantenerse para garantizar la democracia.

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