La honesta moda de la corrupción

Michel Maya

El destape de los millonarios casos de Reficar y Odebrecht acompañados de una inequitativa reforma tributaria liderada por el gobierno más impopular de la historia del país cocinan la generalizada sensación de búsqueda de nuevos liderazgos que luchen contra la corrupción.

Hace pocos días el Tribunal Superior de Bogotá aumentó la pena del Ex Alcalde Samuel Moreno hasta 24 años por el “Carrusel de la Contratación” durante su gobierno, demostrando que pedía el 9% de comisión a sus contratistas, calculan que recibió 67.000 millones de pesos en “C.V.Y”. En radio pasillo se escucha que las comisiones que cobran hoy en algunas partes del país y la región superan el 35%, “pero que la gente decente” sólo pide el 10%.

La O.N.G Transparencia Internacional publicó el Índice de Percepción de Corrupción (I.P.C) Global 2016, allí miden 176 países del mundo de 0 a 100 puntos, donde 100 indica cero percepciones de corrupción; El resultado de este año muestra un fenómeno global preocupante con un promedio mundial de 43 Puntos.

El País más honesto es Dinamarca (90) y el más Corrupto Somalia (10), en América el más honesto es Canadá (82) y el más corruptos Venezuela (17). Colombia se ubica en el puesto 90 a nivel mundial con 37 Puntos, 6 puntos por debajo del promedio mundial haciendo parte del selecto grupo de los más corruptos del mundo.

Esta situación no es nueva llevamos más de 24 años entre 35 y 40 puntos. La Lucha por la honestidad demanda más que discursos y caras bonitas que aprovechan la indignación para brillar. Exige educación para la libertad, reducir la pobreza, electores exigentes y altos estándares de integridad en lo público y privado.