Diario Occidente

El día sin IVA ¿nos desnudó?

Victor Manuel García

El viernes 19 de junio Colombia vivió una jornada sin precedentes, un día donde los colombianos pudieron acceder al “beneficio” de realizar compras exentas de IVA en gran parte del comercio disponible a nivel nacional. Digo sin precedentes porque jamás se había vivido una jornada similar en medio de una coyuntura tan particular y desafiante como la actual.

Sin embargo, en este momento vale la pena preguntarse ¿a qué costo?

Digo “entre comillas la palabra beneficio” porque si bien en gran parte la intención del Gobierno Nacional fue la loable tarea de reactivar la maltrecha economía del país a causa de la pandemia Covid-19, también es cierto y coincidiendo con los planteamientos de diversas asociaciones médicas, se puede calificar como inoportuna la jornada en mención.

Inoportuna entre otras cosas por la “reactivación” del virus en diversos países que consideraban superados los llamados picos epidemiológicos, pero especialmente porque la evolución del número de contagios en el país va en aumento, teniendo el día inmediatamente anterior a la jornada, la cifra más alta desde que inició la contingencia en el país.

Es clara la responsabilidad política, para bien o para mal, del Gobierno nacional en este tipo decisiones, más aún porque si lo comparamos con otros países de la región y de acuerdo a las cifras oficiales, comparativamente se venía realizando relativamente bien la tarea en materia de prevención.

Pero, también es claro que la otra parte (y tal vez la más importante) de responsabilidad es del ciudadano, donde se ven claras incongruencias entre la situación expresada públicamente y las realidades palpadas durante la jornada.

Me atrevo a decir incongruencia porque hay constantes llamados de auxilio de gran parte de la población derivados de la “precaria” situación económica de los hogares del país, no solo pidiendo, sino exigiendo ayudas de alivio financiero, sin embargo y corriendo el riesgo de generalizar, el día de ayer no se vio reflejada tal fragilidad, por lo menos no es la sensación a posteriori de la jornada.

De igual forma desnudó a gran parte de los ciudadanos promedio, aquel abstraído de la realidad, aquel que con “chabacanería” y “folclóricamente” piensa que la individualidad está por encima de la colectividad. Desnudó ese pensamiento y esa creencia que los problemas del país no tienen nada que ver con él. Desnudó esa real inconsciencia indignante e intransigente que nos ha traído poco a poco al desorden institucional y social que tenemos en la actualidad.

Es increíble revisar imágenes de almacenes completamente abarrotados en las principales ciudades del país, y es aún más “sorprendente” revisar las imágenes de un video del momento del cierre en la ciudad de Cali, por parte de la Alcaldía Distrital, del almacén de cadena Alkosto, donde a todas luces no se estaban cumpliendo los protocolos mínimos de bioseguridad, y lo más aterrador, es ver como las personas presentes en el lugar increpan a los funcionarios quienes están precisamente tomando medidas para tratar de mitigar los efectos de la ya incontrolable situación de insalubridad desarrollada en el lugar.

Este día también se recordará por las múltiples denuncias de los ciudadanos previos a la jornada, en las cuales manifestaron con videos, imágenes, facturas, entre muchas otras, como almacenes de cadena de gran reconocimiento a nivel nacional y algunos con presencia internacional, iniciaron días previos un continuo incremento de sus precios, con el objetivo claro está, y hay que decirlo de manera abierta y directa, engañar al consumidor. Es la clara alusión al viejo dicho “el vivo vive del bobo”.

Por último están los políticos y líderes del país, quienes impávidos y sin ninguna argumentación real, asistieron como convidados de piedra a la realización de esta jornada.

Por un lado los sectores afines al gobierno de turno, quienes asienten y replican todo lo relacionado con los intereses del mismo y de algunos sectores económicos sin pensar y mucho menos proponer alternativas distintas a las estipuladas.

Por otro lado están los sectores de la oposición, quienes se han limitado a lanzar frases sin un sustento fuerte que lleven a los tomadores de decisión a reevaluar opciones, frases que están cargadas más de un interés político que de un sentido técnico de la situación. Para ambos sectores aplica decir que han actuado más con un sentido político que con un sentido técnico y racional frente a la circunstancia.

En pocas palabras este día trajo algo positivo: nos ha desnudado como sociedad…¡una vez más!

Desnudó las debilidades, las incongruencias y la desorientación gubernamental. Desnudó la ignorancia, el egoísmo y la insensatez del ciudadano colombiano. Desnudó la falta de solidaridad y de empatía con el prójimo de una parte del empresariado. Desnudó la mediocridad de los líderes de nuestro país.

Lo más preocupante es que aún quedan dos jornadas similares. Esperemos que no nos sigan desnudando, trayendo consigo consecuencias nefastas para la salud de los colombianos.

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