Cali, marzo 27 de 2023. Actualizado: domingo, marzo 26, 2023 22:31
La caída de una ceiba que causó la muerte de una mujer y dejó heridas a otras dos en el oriente de Cali, durante el fuerte aguacero que se registró el pasado miércoles en la ciudad, evidencia el grave riesgo que representa la falta de cuidado de los árboles.
Si bien es cierto que la tragedia fue provocada por la intensidad de la lluvia y la fuerza del viento, el hecho pone sobreaviso y debe servir para que se realice una inspección detallada de los individuos arbóreos de la ciudad, pues, aunque en otras ocasiones no se hayan presentado víctimas fatales, este tipo de accidentes son comunes en Cali, y cada vez que se presentan aguaceros de características similares al del miércoles, hay árboles caídos que bloquean vías y causan daños materiales y cortes de energía.
No faltarán ahora quienes crean que la solución es cortar árboles a diestra y siniestra para evitar que se desplomen, eso sería un error y un crimen ambiental. Es claro que habrá que talar unos y podar otros, como medida preventiva en los casos de deterioro avanzado, o reubicar los que representen peligro en determinadas zonas, pero la solución de fondo debe ser un trabajo juicioso de protección y mantenimiento.
Ahora bien, los individuos que sean talados por viejos o enfermos deben ser sustituidos, pues la ciudad no puede perder
la producción de oxígeno, la sombra y la protección de los vientos que los árboles proporcionan.
Se calcula que Cali tiene un déficit arbóreo cercano a los 500 ejemplares, y para superarlo, además de sembrar más árboles, es necesario cuidar los que la ciudad tiene.
Los árboles son vida, dan vida y eso deben representar, y no pueden convertirse por falta de cuidado en una amenaza para los caleños.
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