Cali, mayo 3 de 2024. Actualizado: jueves, mayo 2, 2024 23:09
La comunidad internacional debe apretar el cerco en torno a Maduro.
Lo logrado en la última semana en materia de política internacional en relación con Venezuela es un gran avance en el propósito de que la hermana nación retorne a la democracia.
Es muy positivo que la mayoría de países del continente, entre ellos Estados Unidos, Canadá y Colombia, hayan reconocido a Juan Guaidó como presidente legítimo del vecino país, pues esto envía un claro mensaje de bloqueo a la tiranía chavista y se constituye en un gran respaldo y aliciente para que los venezolanos no desistan en su lucha.
Ahí precisamente está la clave del éxito de este proceso, en no desistir. Nunca se había avanzado tanto en el propósito de restablecer las libertades políticas y económicas en Venezuela, pero para llevar a feliz término esta justa causa, es necesario que los ciudadanos de ese país y la comunidad internacional no aflojen ni un segundo.
El papel protagónico lo tienen los venezolanos, que deben mantenerse en las calles exigiendo la salida de Nicolás Maduro y sus cómplices, que siguen aferrados al poder pese a que la inmensa mayoría de sus compatriotas los repudia y a que el grueso de la comunidad internacional no los reconoce.
Por su parte, los gobiernos democráticos deben ser garantes del derecho de los venezolanos a la protesta, para evitar que el tirano recurra a sus ya acostumbrados métodos bárbaros para acallar a las multitudes.
La diplomacia internacional debe encaminarse ahora a persuadir a la cúpula militar, que es el último refugio de Maduro, para que los altos oficiales faciliten la transición pacífica hacia la democracia.
Ojalá los militares venezolanos tengan la grandeza de comprender su reto histórico.
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