Cali, abril 18 de 2025. Actualizado: jueves, abril 17, 2025 09:21
El cierre de General Motors es una clara advertencia sobre la capacidad de Colombia para atraer y mantener grandes inversiones industriales. Este suceso no es un incidente aislado, sino reflejo de problemas estructurales que requieren atención urgente para que Colombia compita globalmente.
Primero, la demanda interna. El mercado colombiano ha registrado una caída constante en ventas de vehículos, en contraste con la estabilidad de competidores regionales como México y Brasil, que han capitalizado eficazmente sus mercados internos.
En cuanto a los impuestos, el IVA, ICA y el 4 por mil presentan desafíos significativos para empresas con márgenes de ganancia ajustados. Estas cargas fiscales, comparativamente altas, desincentivan inversiones frente a países con regímenes tributarios más favorables.
Otro gran reto es la logística e infraestructura. Además de lidiar con la inseguridad y el clima adverso, Colombia enfrenta bloqueos continuos que complican la distribución y elevan los costos de flete. Es razonable preguntarse: ¿quién puede garantizar operaciones fluidas a través de puntos críticos como Buenaventura o Rumichaca bajo estas condiciones?
La incertidumbre por las reformas previstas, incluida la laboral, agrega más sombras al clima de inversión. En un contexto global, donde la ventaja competitiva de las naciones sigue siendo crucial, Colombia parece retroceder.
Es vital que Colombia reconozca estos desafíos y actúe con decisión. Debe mejorar su oferta a multinacionales no solo en costos, sino también ofreciendo un ambiente estable, seguro y predecible. Solo así se podrá revertir la tendencia actual y fortalecer nuestra posición en el panorama mundial de inversión industrial.
Es crucial que el gobierno aborde estos desafíos con políticas claras y efectivas, asegurando un entorno más favorable para las empresas y fortaleciendo la confianza de los inversionistas extranjeros y colombianos.
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