Cali, febrero 11 de 2025. Actualizado: martes, febrero 11, 2025 20:08
Las recientes declaraciones del presidente Gustavo Petro, al referirse a las manifestaciones del pasado 21 de abril como “las marchas de la muerte”, son profundamente preocupantes y revelan una peligrosa tendencia hacia la polarización en nuestra sociedad. En un momento en el que Colombia necesita más que nunca unidad y diálogo, el discurso del mandatario sólo contribuye a exacerbar las tensiones.
La oposición política es una constante en la vida democrática de un país, hace parte del equilibrio, pero el presidente Petro parece olvidar que la institucionalidad, que él representa, demanda respeto por la diversidad de opiniones y la búsqueda de consensos en beneficio de todos.
Es lamentable que, en lugar de actuar como estadista, el presidente Petro opte por comportarse como un agitador, fomentando la división entre “buenos” y “malos”.
Este tipo de discursos dificultan el entendimiento entre la sociedad.
Por lo anterior, los colombianos no podemos caer en el juego de la polarización y, por el contrario, debemos rechazar cualquier intento de dividirnos en bandos irreconciliables.
En este sentido, es fundamental acabar con las etiquetas y los estigmas que buscan demonizar a quienes piensan diferente.
Las marchas del 21 de abril fueron un ejercicio legítimo de la protesta pacífica, al igual que lo fueron las manifestaciones del 1 de mayo, sólo que unas fueron contra el gobierno nacional y otras en su favor. Por ello, es absurdo catalogar como “paramilitares” a quienes participaron en las primeras, así como llamar “guerrilleros” a quienes hicieron parte de las segundas.
El llamado a los colombianos es a mantener la calma, a no permitir que el discurso de la división nos envenene y a buscar, entre todos, puntos de acuerdo sobre lo fundamental.
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