Alberto Ramos Garbiras

Regulación de las protestas

Alberto Ramos Garbiras

Regular o reglamentar la protesta se puede mirar como un contrasentido porque por naturaleza la protesta social brota por inconformidades generalizadas. Pero quienes están en la cúpula de un gobierno (de derecha o de izquierda) no quieren renunciar con los primeras expresiones de protestas, sino encuentran soluciones inmediatas o no quieren aplicarlas por intereses económicos, van a encontrar más resistencia se aferran al poder hasta deteriorar las relaciones con la población que no ve resultados positivos a la problemática expuesta .

En aras de conservar el orden público, de ejercer autoridad , socarronamente dicen, “de conservar el estado de derecho”, hasta donde aguante la realidad social candente o explosiva; en varios países se ha acudido a la regulación de las protestas sociales con el ánimo de contenerlas, desvertebralas jurídicamente, o permitirlas con límites . Las protestas regladas como quien dice, “portesen bien”, se revientan cuando no hay ejecutorias contundentes, pero pueden encarrilar la relación pueblo-gobierno, cuando se resuelven las quejas. Pero las protestas reprimidas sin regulación y sin flexibilidad a lo que se reclama, pasan a un grado de irascibilidad y confrontación de mayor proporción. O pueden ser saboteadas por esquiroles y vándalos prepago.

Protestan más las capas bajas y medias de la población que las capas altas. Por una razón clara, la ciudadanía con menos beneficios, recursos e ingresos, solicita más flexibilidad en los impuestos, tasas, retribuciones y tiene más carencias también, menos resortes de conexión al poder. La protesta es utilizada por los inconformes, como diría Ignacio Torres Giraldo.

Comments

Comparte esta noticia...
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter
Share on LinkedIn
Linkedin
Cargando Artículo siguiente ...

Fin de los artículos

No hay más artículos para cargar