El Congreso de Colombia tiene una desaprobación del 82% (según la más reciente encuesta de Datexto, publicada en agosto), y al ver que un grupo de representantes, entre ellos la presidenta de la Cámara, Jenifer Arias, radicó un proyecto de ley que busca declarar al fútbol colombiano como patrimonio cultural e inmaterial, se entiende porqué nuestro poder legislativo es tan mal calificado por la ciudadanía.

Que en un país con tantos problemas, los congresistas se dediquen a impulsar este tipo de iniciativas, cuando se requieren debates y reformas estructurales en tantos aspectos prioritarios, como la salud y la justicia, por citar dos casos críticos, refleja la gran desconexión que existe entre la institución encargada de hacer las leyes y las necesidades de los colombianos. ¿En un país tan golpeado por la pandemia y por el paro nacional, son estas el tipo de iniciativas que se esperan del Congreso?

Más preocupante aún es que la presidenta de la Cámara de Representantes haga parte de los congresistas que impulsan esta iniciativa, pues es ella quien tiene el poder para priorizar los debates y el trámite de los proyectos, ¿A qué le dará prelación?

Se equivocan en el Congreso si creen que legislando con criterio de espectáculo van a mejorar la imagen, pues, por el contrario, lo que lograrán con este tipo de proyectos será aumentar la indignación y el rechazo de la ciudadanía.

Bien valdría la pena que, en reconocimiento de su error, los autores de este proyecto lo retiraran y en su reemplazo plantearan debates e iniciativas relacionadas con asuntos prioritarios para el país.

Si Colombia tuviera resueltos todos sus problemas, se entendería que los congresistas se dedicaran a temas de poca relevancia, pero el país de hoy no está para eso.

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