Cali, marzo 26 de 2025. Actualizado: martes, marzo 25, 2025 23:08

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Un libro de actualidad para padres y maestros

Retos de una educación sin castigos

Luis Ángel Muñoz Zúñiga
Especial Diario Occidente

Durante mucho tiempo el castigo fue inherente a la educación. Muy a pesar de que otrora aparecía en las libretas de calificaciones la frase pitagórica “Educad a los niños y no tendréis que castigar a los hombres”; simultáneamente la educación aceptaba el eslogan de que “La letra con sangre entra”.

La palmeta de madera hacía parte de los materiales didácticos de los maestros y los reglazos eran admitidos por los estudiantes como justos en los procesos educativos. Los mismos padres de familia obsequiaban a los maestros reglas confeccionadas por carpinteros para que les impusieran castigos a sus hijos.

En las últimas décadas del siglo pasado, con la renovación curricular, empezó a revaluarse el castigo y con la vigencia de la Constitución de 1991, se erradicó y su imposición pasó a considerarse una acción violatoria contra los niños. Esto en relación con las prácticas de los maestros y la historia de la escuela. Pero en las familias el castigo aún subsiste como una tradición y como un atributo de los padres.

La literatura, el cine, los manuales de convivencia y la ley colombiana, lo venían cuestionando. Sólo faltaban las reflexiones de los mismos educadores. Por eso es innovadora y valiosa la investigación del rector José Aníbal Morales Castro, en su libro “Castigo y sanción. En la familia y en la escuela” (Editorial Poemia, octubre de 2021), que se lanza en la Feria Internacional del Libro de Cali.

Apologías y rechazos al castigo

José Aníbal Morales Castro, atendió la invitación de la Página de Cultura del Diario Occidente, para hablar sobre el castigo, su contextualización en la familia y la escuela y, su relación con las normas protectoras de los niños.

¿Por qué hablamos de padres y de escuelas castigadoras?

El propósito de hacer del niño una persona recta, portadora de los valores más queridos por la sociedad, motivó el uso de métodos de uno y de otro tipo, algunos de los cuales implicaban prácticas violentas. Pensaban los padres y los maestros que el noble fin justificaba los medios. Así que la marca indeleble que llevo sobre mi piel, como consecuencia de un correazo propinado por mi padre, tendría que ser asumido como gajes del oficio de criar y de educar.

¿Castigar no hace parte de la patria potestad de los progenitores?

La familia ha sido, generalmente, el reino de la arbitrariedad, en cuanto se relaciona con la aplicación de castigos y sanciones a los hijos. Se sugiere entonces la posibilidad de aprovechar la coyuntura histórica de la prohibición del castigo físico y todo tipo de maltratos a los niños, para construir una cultura diferente basada en el respeto por sus derechos, pues al fin y al cabo es ya sujeto de derechos. Esta cultura estará centrada en el enfoque de una crianza y una educación sin castigos.

PRAXIS Y PENSAMIENTO

Además de su experiencia por más de cuatro décadas en la docencia y en la coordinación de instituciones educativas, el autor fundamenta su obra bibliográfica con los aportes de filósofos, psicólogos y pedagogos.

¿Cuándo comienza a revaluarse esa errada concepción?

De la mano de Juan Jacobo Rousseau nos adentramos en la relación entre crianza, educación y libertad. Con el filósofo ginebrino se plantean ya las preguntas acerca del valor de una educación sin muchas restricciones, en contacto con la naturaleza y en ambientes de libertad. Otros filósofos y pedagogos también se pronuncian en contra del castigo de los niños: Erasmo de Rotterdam, Emmanuel Kant. Emile Durkheim, Celestín Freinet, Sigmund Freud y María Montessori, entre otros.

¿Renunciar al castigo sin contemplar las faltas?

Hagámonos la pregunta a cuál castigo renunciamos y planteémonos la posibilidad de una crianza y una educación sin castigos tomando como faro los principios y valores de la justicia restaurativa, desarrollados por la mirada ecuménica de Howard Zehir; también, los componentes de la comunicación no violenta, fundamentada por Jean Philippe Fauré y de la educación sin castigos diseñada por Pilar Guembe y Carlos Goñi en su obra. Se establecerá la diferencia entre ser rigurosos y ser rigoristas, de acuerdo con los análisis realizados por el filósofo Olivier Reboul.

DEL DICHO AL HECHO

La principal característica del libro que lanza José Aníbal Morales Castro, además de la fundamentación pedagógica, es que ofrece pautas a los docentes pertinentes para resolver situaciones cotidianas de la escuela.

¿Cómo aterrizar tales fundamentos?

Criar y educar sin castigos supone un cambio de enfoque, uno en el que no se castiga o sanciona si no es para lograr el cambio de actitud del ofensor, teniendo en cuenta la necesidad de que este se responsabilice de lo que hizo, asuma su reparación y se prepare para la reintegración, posibilitando el camino hacia la reconciliación mediante el diálogo y el perdón. Se incorporan aquí elementos de la disciplina positiva, de la disciplina con amor.

¿Cómo comprometer a los padres de familia?

Mi propuesta que usted encontrará en mi libro, la hago con la ayuda de la psicóloga Margarita Rosa Vanegas. Plantea algunas reflexiones y orientaciones con el objetivo de posibilitar la consolidación de la Escuelas de Madres, Padres y Cuidadores, previsto en la Ley 2025 de 2020 y la Ley 2089 de 2021. Se resaltará el papel de la Pedagogía Sistémica.

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