Cali, noviembre 30 de 2023. Actualizado: jueves, noviembre 30, 2023 00:05
Más allá de la discusión entre quienes respaldan y rechazan la designación del exmagistrado Iván Velásquez como ministro de Defensa del gobierno electo, vale la pena hacer una reflexión desapasionada sobre el papel que deben cumplir esta cartera y la fuerza pública a partir del 7 de agosto.
El nuevo mindefensa es reconocido por el papel que jugó en las investigaciones de la parapolítica y, en ese sentido, hay gran expectativa por la labor de depuración que pueda realizar al interior de la fuerza pública.
Eso, que algunos ven como un desplante a las instituciones castrenses, hay que reconocer que es necesario, pues, si bien no se puede caer en la irresponsabilidad de generalizar y es mucho lo que Colombia tiene que agradecerle al Ejército, a la Armada, a la Fuerza Aérea y a la Policía, hay que identificar e individualizar a quienes visten el uniforme y tienen vínculos con la ilegalidad que deben combatir.
Ahora bien, en este proceso de cambio de línea en el manejo de las Fuerzas Militares y la Policía, no se puede caer en la parálisis, pues son muchas las amenazas que tiene el país en materia de seguridad y que requieren una fuerza pública activa y a la ofensiva.
En ese sentido, es muy importante tener claro que una cosa es adelantar un proceso de depuración y otra, muy diferente, es llevar a los uniformados a una posición defensiva cuando se requiere combatir el crimen, que se beneficiaría si, como ocurrió durante gran parte del gobierno del expresidente Juan Manuel Santos, se repliega a los militares.
Bajo ninguna circunstancia se puede perder de vista que la defensa nacional es y debe seguir siendo la prioridad de las Fuerzas Armadas.
Foto: Comunicaciones Alcaldía de Cali
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