Cali, noviembre 7 de 2024. Actualizado: jueves, noviembre 7, 2024 17:59
Las redes sociales, que bien utilizadas pueden propiciar la difusión de ideas y propuestas en las campañas políticas, han sido convertidas en Colombia en el escenario a través del que se mueve la desinformación y la manipulación, pues son utilizadas como “armas” para desprestigiar a candidatos de todos los colores.
En lo referente a la política, en las redes sociales pululan las mentiras, los montajes, las injurias, las calumnias y los insultos, práctica que muchas veces es promovida por los mismos candidatos que, en su afán por descalificar a sus contendores, no miden lo que escriben y terminan incitando a sus barras bravas a actuar de la misma forma.
No se trata de pedir que no haya debate, los ciudadanos necesitan contrastar las propuestas para definir por quién votarán, se trata pedir que el debate sea con altura y argumentos. Cada candidato y su equipo deben concentrarse en contarle al país porqué son la mejor opción y no en convencer a los colombianos de que las otras opciones son malas.
Más grave aún es que cada bando cuestiona esta perversa estrategia cuando es utilizada en su contra, pero la justifica cuando se trata de atacar a sus contrincantes.
Los candidatos, que están llamados a dar ejemplo, deberían comprometerse públicamente a no incurrir en este tipo de prácticas y, además, deberían rechazarlas públicamente cuando alguien de su línea sobrepase el límite.
Además, más allá de la autorregulación que deben asumir los candidatos y las campañas, las propias plataformas, como Facebook y Twitter, deben intervenir y desactivar las cuentas de los troles, utilizadas para incendiar las redes, y, también, eliminar todo tipo de mensaje que insulte y/o calumnie.
Hay que hacer un alto en el camino y un acto de contrición en el manejo de las redes sociales en campaña.
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