Cali, mayo 26 de 2022. Actualizado: jueves, mayo 26, 2022 10:12
Después de los nefastos efectos sociales, económicos y psicológicos del aislamiento ocasionado por la pandemia del covid-19 y los bloqueos y destrozos del paro nacional, es claro que Colombia avanza en su proceso de recuperación. Después de tantas dificultades, el avance en la vacunación ha permitido la reactivación de todos los sectores y, pese a que el virus no se ha ido, este promete ser un diciembre prácticamente normal, en lo que a actividad social y económica se refiere, lo que tendrá un impacto emocional positivo en un país golpeado por las restricciones y el temor al virus y al vandalismo. Sin duda, hay razones para mirar el presente y el futuro inmediato con optimismo.
Sin embargo, algunos sectores que ejercen la actividad política sin ningún tipo de límite ético, parecen empeñados no sólo en prolongar el ambiente de pesimismo, sino en profundizarlo, para sacar provecho electoral capitalizando la insatisfacción ciudadana.
No estamos en el país de las maravillas, pero sí en un país que con errores y aciertos está lidiando y superando los problemas generados por una coyuntura inesperada y originada en el exterior, como la pandemia del covid-19. ¿Por qué desconocer el avance en la vacunación? ¿Por qué desconocer la recuperación de la economía? ¿Por qué acudir a argumentos rebuscados para descalificar el significativo aumento en el salario mínimo?
No se trata de desconocer los problemas, sino de ver el vaso medio lleno y no medio vacío, y de utilizar lo positivo, en lo que nos está yendo bien, para estimular el optimismo, la convicción de que sí se puede y crear un ambiente que posibilite el entendimiento, que es fundamental para encontrar la solución a los pendientes que el país tiene.
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