Leonardo Medina Patiño

Fundación de poetas vallecaucanos

Leonardo Medina Patiño

Nada más necesario en estos tiempos que la palabra. La que menciona el fuego y nos calienta, la que dice pan y sacia el hambre, la que nos aferra a la vida con un monosílabo: Fe.

Y esa es la poesía, ese noble trabajo artesanal de componer palabras para descubrir lo que está a la vista y, en ocasiones, no se observa. También, para hacer llamados a la reflexión, al orden, a la vida, y al goce pleno de los elementos que hay en ella.

Creo, con certeza, ese es el loable empeño que adelanta la poeta Amparo Romero Vásquez, con la fundación de poetas vallecaucanos, desde hace veinticinco años.

Ella, mujer inteligente que pule con sobrada destreza un verso para descubrir lo que no vemos en el éter, y nos enseña a todos a jugar y a amar las palabras, y encontrar un camino cierto a través de su poesía. Amparo nos dice en su poema “Se borrará la palabra de la página/ una voz te hablará de otro cielo/ inaugurando la piel sedosa de los tigres…”

La Dundación de Poetas Vallecaucanos y con ella sus directivos, han trabajado por la poesía y por la vida, y en conmemoración por ese primer cuarto de siglo de existencia, exaltó a los poetas José Zuleta Ortíz, Teresa Alzáte Sander y Humberto Jarrin, en un momento donde la poesía nos permite seguir viendo luz al final de algunos días aciagos.

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