Llevamos solo dos meses y medio desde que empezó la emergencia sanitaria por cuenta del Covid 19 y el nivel de desempleo en Colombia ya asciende al 20%. Algunos especialistas afirman que el desempleo en nuestro país puede llegar al 30%.
No podemos seguir hablando de las empresas y de la reactivación económica como algo que puede esperar. Detrás de cada empresa que tiene problemas hay personas que viven de su actividad laboral y de las cuales a veces dependen familias enteras. Si se pierde el tejido empresarial, se pierde tejido social, es una verdad tan sencilla pero que algunos no parecen reconocer.
En ese contexto, el gobierno nacional determinó detener la apertura del comercio en la capital del Valle por 14 días más. La administración municipal, los gremios y los empresarios habían desarrollado diversas acciones para realizar esta apertura con los mecanismos de bioseguridad exigidos. Sin duda, hay que equilibrar salud con economía y así lo está haciendo Cali.
La intervención del gobierno nacional desconoce las acciones locales y sume a la ciudad en una condición aún más difícil. ¿Acaso el gobierno nacional tendrá un plan de reactivación especial para aquellos municipios en los que intervenga con mayor severidad? Más que nunca se requiere la coordinación y articulación de todos los actores para impedir que nuestra región colapse económicamente. La presión económica está llegando a un punto en que por decreto será imposible impedirle a las personas que salgan a la calle a buscar su sustento. Ayer vimos movilizaciones de transportadores, vigilantes y manipuladoras de alimentos. Veremos más porque el hambre no es buena compañía de confinamiento.
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