Juan Martín Bravo

Cali y sus Bienes de Interés Cultural

Juan Martín Bravo

Cali, cuenta con un valioso patrimonio que debe ser protegido y preservado. Según los registros, la ciudad alberga 263 bienes de interés cultural, de los cuales 181 pertenecen a particulares, 79 son bienes públicos y 3 corresponden a zonas urbanas.

Este rico legado no solo define la identidad caleña, sino que también es un recurso invaluable que, si no se protege adecuadamente, corre el riesgo de perderse irremediablemente.

El Plan Especial de Manejo del Patrimonio Público (PEMP) es el instrumento creado precisamente para gestionar y conservar estos bienes, buscando su sostenibilidad y sustentabilidad.

Sin embargo, hasta la fecha, de los 263 bienes que deberían contar con un PEMP, solo cuatro lo tienen: la Plaza de Toros, el Centro, la Hacienda Piedra Grande y la Hacienda Cañas Gordas. Esto es una señal alarmante de la falta de acción y compromiso en la protección de nuestro patrimonio.

La Alcaldía de Cali debe tomar medidas urgentes para aplicar el PEMP a todos los bienes de interés cultural. La mayoría de estas edificaciones, aproximadamente el 96%, se encuentran en un estado de deterioro avanzado, afectadas por el paso del tiempo y las inclemencias del clima.

Entre estas edificaciones emblemáticas se encuentran el Antiguo Molino Roncallo, la Ermita, la casa de Jorge Isaacs y la Sagrada Familia, entre otros. No podemos permitir que estas construcciones, que representan nuestra historia y cultura, continúen deteriorándose sin intervención.

La responsabilidad de preservar estos bienes no recae únicamente en la administración local; es esencial coordinar esfuerzos con el Gobierno Nacional y el Ministerio de Cultura.

Muchos de estos bienes tienen una declaratoria de índole nacional, lo que exige un trabajo conjunto para asegurar su conservación.

Desde una perspectiva local, es crucial que el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) contemple herramientas que permitan a la alcaldía invertir en la restauración de bienes privados, que constituyen la mayoría de los bienes de interés cultural.

Los artículos 140 y 111 del POT deben ser revisados y fortalecidos para que la administración municipal pueda destinar recursos a los bienes privados, evitando que colapsen debido a su deterioro.

Además, es fundamental reimaginar el uso de estos espacios patrimoniales para darles un propósito en el contexto moderno. Muchos de estos bienes podrían transformarse en hubs de e-commerce, centros de inteligencia artificial, laboratorios de tecnología, o desarrollos de software.

También podrían convertirse en espacios de co-working donde emprendedores puedan llevar a cabo sus proyectos, o en laboratorios de ciencia y tecnología.

Estos sitios tienen el potencial de ser centros de emprendimiento e innovación, zonas comerciales vibrantes, hoteles boutique, lugares para vivir la experiencia gastronómica de la ciudad o centros de eventos empresariales. Al darles un uso contemporáneo y dinámico, no solo se preserva el patrimonio, sino que también se impulsa el desarrollo económico y social de la ciudad.

Una fuente de financiación viable podría ser el impuesto de edificabilidad en altura. Este mecanismo permitiría captar recursos de las constructoras o privados, que luego se destinarían a la recuperación de las fachadas y estructuras de los bienes de interés cultural.

Además, si el abandono por parte de los propietarios persiste, la alcaldía debería considerar declarar estos bienes de utilidad pública y adquirirlos, asegurando así la preservación de nuestra historia.

La protección y preservación de los bienes de interés cultural de Cali es una tarea que no puede postergarse más.

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