Es normal que todo en la vida tenga cambios, y la vida universitaria no es una excepción. En un mundo actual con una aceleración innegable, la universidad y sus actores principales, los estudiantes, han tenido cambios para bien y algunos otros no tan buenos. Se hace imprescindible lograr un equilibrio en el ámbito académico para lograr los estándares de calidad que se buscan.
Días atrás, un profesor universitario de España escribió acerca de como años atrás, en sus secciones de clases con mas de 200 estudiantes, lograba una concentración de principio a fin en sus clases y se veían resultados esperados, mientras que hoy en día, con clases de menos de 50 estudiantes no se nota el mismo resultado. El profesor también argumenta en su escrito, que, si se evaluara a los estudiantes de hoy en día con los estándares de aquella época, solo entre un 10 o un 20 por ciento de estos aprobarían sus asignaturas.
Otro de los cambios notorios que aduce el profesor, es ver como los estudiantes de hoy comienzan a alistarse para terminar clase hasta 20 minutos antes del tiempo estipulado y que muchos de ellos pasan la mayoría de sus clases más pendientes del celular que de la clase. También escribe acerca de la calidad y la importancia que le dan a los trabajos por los cuales deben de ser responsable.
Teniendo la experiencia como profesor universitario por más de 20 años, podría estar de acuerdo con muchas de las afirmaciones del profesor de España. También podría adicionar el ser testigo de como la vida universitaria se transforma de ser un espacio de disfrute por parte de los estudiantes a que muchos solo vayan a la universidad, tomen su clase y sin ninguna interacción social se alejen de esta.
Pero, un punto de análisis profundo en este caso debe ser el cambio de mentalidad que han tenido muchas personas. Una de las propuestas y algo que es muy visible hoy en día, es la intención personal de cada estudiante, el propósito de vida, la forma de relacionarse con el mundo. Cada estudiante debe ser consciente de su proceso, saber que todo lo que haga o deje de hacer en su vida universitaria puede ser el punto de diferencia entre el éxito o no.
No es posible retroceder en el tiempo y traer los hábitos que se tenían en la educación, pero si es posible trabajar para que los estudiantes en su nuevo ritmo de vida se concienticen acerca de la importancia de lograr que sus procesos académicos tengan los resultados de aprendizaje esperados en ellos.
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