Luis Ángel Muñoz Zúñiga
Especial Diario Occidente

Carlos Alberto Hurtado López le hace un llamado a las nuevas generaciones a través de su ensayo titulado metafóricamente “El pizarrón de cristal” (hurtadoca@hotmail.com). En otrora sus ascendientes hicieron sus tareas en las pizarras portátiles de piedra, que permitieron su formación académica, aunque carente de títulos profesionales, que les fortaleció para defenderse laboralmente en un país con incipiente economía. Sus maestros también les transmitieron saberes apoyándose en tableros de cemento que rayaban con tiza de barras calizas. Sin embargo, sus ancestros resistieron la transformación del antiguo país rural.

Paradójicamente medio siglo después, con egresados universitarios titulados y cuando los computadores relevaron a los tableros y los blocks virtuales en los dispositivos a los cuadernos, el futuro de la juventud es incierta. Este fue el objeto de estudio de la investigación que el autor condenso en su libro y que presenta como fuente para la reflexión.

Vocaciones en vano
El autor nacido en Buga (noviembre de 1961), pero desde muy joven radicado en nuestra ciudad, es Administrador de Empresas de la Universidad Santiago de Cali (1985) y con posgrado en Computación para la Docencia de la Universidad Antonio Nariño (1999). Durante tres décadas estuvo vinculado a la fundación educativa Santa Isabel de Hungría.

Ya retirado de su ejercicio gerencial en la educación, quiso entregarles a las nuevas generaciones este ensayo que es producto de treinta años de experiencia en instituciones educativas con cobertura en comunidades populares donde se desempeñó de educador, directivo docente, administrador e interventor de proyectos.

“La mediocridad permea la mayoría de las labores que se ejercen a fuerza de necesidad. Estas están siendo ejecutadas por personas que, en general, no están satisfechas con las labores que les tocó realizar y, por desventura, no se pueden dar el lujo de dejarlas, porque difícilmente encontrarían vacantes que satisfagan las que alguna vez fueron sus vocaciones”.

Sueños frágiles
El autor estima que son de porcelana los sueños profesionales de nuestra juventud. “Podemos mirar las estadísticas del desempleo en Colombia, cuyas cifras revelan que es decepcionante la suerte de la fuerza laboral de una juventud formada con los avances tecnológicos y que ha contado con suficiente e inmediata información. Es la realidad de un país con bajo crecimiento económico, dirigido por los intereses de una clase política que amarra los puestos.

El conseguir un empleo o generar el propio, para la mayoría de los jóvenes noveles profesionales es apenas un sueño, que igual a la porcelana debe conservarse guardado con suavidad para que no se vaya a quebrar. Por consiguiente, los jóvenes no pueden reclamar a sus patronos mejores condiciones laborales, ni criticar a los gobernantes. Es urgente hacer un cambio del modelo económico, las estructuras sociales y del poder político.

Aprendizajes autónomos
La pandemia del Covid-19 confirmó las conclusiones de una investigación iniciada víspera de ingresar a nuestro país.

“La pandemia no confrontó mis argumentos, los reforzó con la institucionalización de la educación virtual. Mucho antes de la llegada del Covid-19, la investigación planteó un nuevo escenario de aprendizaje autónomo desde el hogar. Propuso que se aprovechara como experiencia de la educación básica para alcanzar mayores logros en los aprendizajes. Que se aprendiera aprovechando la tecnología y la asesoría de unos tutores externos. Que más tarde esas áreas de interés se profundizarían. El paradigma medioeval del vínculo académico como un lugar de culto al saber, quedó pulverizado con la llegada del Covid-19. Hay que abonarle a la pandemia que desnudó las carencias de las instituciones públicas y las privadas, sobre todo las que funcionan a cargo del Estado”.

Retos de la juventud
Las páginas de “El pizarrón de cristal” exhortan a que la juventud identifique sus nuevos retos, pertinentes en estos tiempos inciertos y complejos. El libro está dirigido a los muchachos que se alistan a iniciar carreras profesionales. Le ofrece claves para que revise antes de tomar decisiones. “Cada generación tendrá que afrontar otros retos, determinados por nuevas dinámicas sociales que marcarán tendencias, que infortunadamente, embarca a los jóvenes y terminan en decepciones.

Las nuevas generaciones deben tener claro que su primer reto es afrontar y vencer los lastres de las estructuras anquilosadas, empezar por la corrupción que es la madre de los problemas insolubles.

Desechar el pensamiento mafioso de conseguir lo que se quiera a cualquier medio y precio. Comprometerse con el bienestar colectivo y los proyectos de construcción social. Es decir, que son muchos los retos que tienen las nuevas generaciones para hacer una verdadera revolución, no con armas, sino con una nueva ética y sentido social”.

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