No siempre se trata de superstición. Muchas personas han sentido, sin explicación lógica, una presencia densa, un cambio en su estado emocional o una sucesión de eventos negativos que no encajan del todo con la casualidad.

En el mundo energético, esto tiene un nombre: interferencia espiritual o energética, que puede estar relacionada con un hechizo o trabajo de magia lanzado hacia ti.

Pero, ¿Cómo se siente realmente esa energía? ¿Cómo saber si estás siendo afectado por un hechizo? Aquí no hablamos de miedo, sino de conciencia.

Una vibración que no encaja

Todo en el universo vibra. Y cuando alguien te lanza un hechizo —ya sea por envidia, rabia o incluso por amor obsesivo— lo primero que puedes sentir es un cambio en tu entorno vibracional.

Lo que antes te hacía sentir en calma, de repente se percibe extraño, como si algo estuviera fuera de lugar.

Puedes notar:

• Pesadez en el ambiente.
• Frío en la espalda o en las manos, sin causa física.
• Interrupciones constantes en tus planes o rutinas.
• Personas cercanas que se alejan sin razón clara.

No es paranoia. La energía es tan sutil que a veces solo el cuerpo es capaz de leer lo que la mente aún no comprende.

Cambios emocionales repentinos

Una de las señales más comunes es una tristeza profunda sin motivo, o una ansiedad que no se detiene.

Puedes comenzar a dudar de ti mismo, sentir que no avanzas, o que algo te jala hacia abajo constantemente. Es como si llevaras una carga invisible.

Otros signos frecuentes:

• Pesadillas repetitivas o despertares a la misma hora de la madrugada.
• Pensamientos negativos que se repiten en bucle.
• Sensación de ser observado o seguido.

Es importante aclarar que estos síntomas no siempre significan un hechizo, pero si coinciden con otras señales energéticas y cambios súbitos en tu vida, vale la pena prestar atención.

Señales físicas: el cuerpo también habla

A nivel físico, los efectos de una carga energética negativa pueden sentirse como:

• Dolor de cabeza persistente sin causa médica.
• Fatiga incluso después de dormir bien.
• Molestias estomacales o en la zona del plexo solar (la boca del estómago).
• Mareos, palpitaciones o sensación de “no estar en tu cuerpo”.

Esto ocurre porque el cuerpo es un canal que absorbe y reacciona ante cualquier tipo de vibración, buena o mala.

¿Y si solo es una racha de mala suerte?

Es una pregunta válida. No todo lo que sale mal es resultado de un hechizo. Pero cuando la acumulación de eventos negativos se acompaña de sensaciones energéticas intensas y persistentes, es cuando conviene explorar la posibilidad de una interferencia espiritual.

Sobre todo si tienes antecedentes con personas que te han deseado daño o si has tenido conflictos energéticamente intensos.

¿Qué hacer si lo sospechas?

No necesitas enfrentarlo desde el miedo, sino desde la protección y la claridad. Algunas recomendaciones:

1. Limpiezas energéticas con sal, baños con hierbas (ruda, romero, albahaca).
2. Usar cuarzos protectores como obsidiana, turmalina o amatista.
3. Elevar tu vibración con meditación, oraciones o rituales de luz.
4. Cortar vínculos tóxicos, tanto físicos como energéticos.

También puedes buscar guía de un terapeuta holístico o alguien con experiencia en limpieza energética.
Cuando alguien te lanza un hechizo, lo más probable es que tu cuerpo, tus emociones y tu entorno comiencen a avisarte.

Aprender a escuchar esas señales es el primer paso para protegerte.

La intuición es una aliada poderosa: si sientes que algo no está bien… probablemente no lo esté.

*Este artículo fue elaborado por un periodista del Diario Occidente usando herramientas de inteligencia artificial.

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