Mientras que en Bogotá, Medellín, Barranquilla y otras de las ciudades más grandes del país ya se perfilan los favoritos que se disputarán las alcaldías, en Cali la campaña que inicia está marcada por la incertidumbre debido a diferentes factores que, a nueve meses de las elecciones –que se realizarán el 25 de octubre-, no permiten determinar aún quienes son los más opcionados para reemplazar a Rodrigo Guerrero en el CAM.
El exvicepresidente Angelino Garzón, que puntea –y con mucha ventaja- en todas las encuestas, es el mayor factor perturbador de quienes tratan de hacer pronósticos. Garzón no está inhabilitado, como muchos dicen o desean, pero sí está bastante limitado legalmente para ser candidato a la Alcaldía de Cali.
El exvicepresidente solo puede aspirar a un cargo de elección popular este año si es avalado por el Partido de la U, al cual renunció en agosto pasado. La Ley 1475 de 2011 establece que “Los candidatos que resulten electos, siempre que fueren inscritos por un partido o movimiento político, deberán pertenecer al que los inscribió mientras ostenten la investidura o cargo, y si deciden presentarse a la siguiente elección por un partido o movimiento político distinto, deberán renunciar a la curul al menos doce (12) meses antes del primer día de inscripciones”. Quiere decir esto que Angelino debió renunciar a la Vicepresidencia el 25 de junio de 2014 para quedar en libertad de cambiar de partido, pero no lo hizo.
Sin embargo, a Garzón aún le quedan algunas puertas abiertas: la primera es que llegue a un acuerdo programático –así se le dice en política a los arreglos burocráticos- con el Partido de la U y decidan darle el aval, y, la segunda, que a través de una acción legal –un tutelazo- un juez le permita inscribirse con el aval de otra colectividad o inscribirse por firmas.
Claro está que ambas posibilidades son remotas. En el primer caso, el presidente Juan Manuel Santos, que es quien manda en el Partido de la U, ve a Angelino Garzón como una ficha del uribismo, y difícilmente permitirá que se le dé el aval. Y en el caso de la tutela, la ley es lo suficientemente clara como para que se le dé la razón al exvicepresidente, que argumenta que al no permitírsele que se inscriba por otra colectividad o por firmas se le están violando sus derechos a elegir y ser elegido. Pero, como en política no hay imposibles, el fantasma de Angelino sigue ahí.
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La definición del Partido Liberal, que lleva 20 años sin ganar la Alcaldía de Cali –desde Mauricio Guzmán- es otro factor de incertidumbre. Como no ocurría en las últimas dos décadas, la colectividad roja tiene esta vez cuatro precandidatos que se disputan el aval: el excongresista Roberto Ortiz –el “Chontico”-, el concejal Carlos Pinilla, el exconcejal Carlos Andrés Clavijo, y Miguel Ángel Arias exdirector jurídico de la Alcaldía de Cali y el Senado de la República.
Esta dinámica, sumada al fortalecimiento electoral y burocrático del liberalismo lleva a suponer que quien resulte ungido por el Partido Liberal entrará a pelear con fuerza por la Alcaldía de Cali, pero esta decisión podría tardar hasta abril.
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Tampoco está claro quién será el candidato del alcalde Rodrigo Guerrero. El mandatario local, sus asesores y los empresarios que lo respaldan, quieren buscar la continuidad de esta administración, pero aún no está definido quién es el elegido para dar esta pelea.
Por ahora Nicolás Orejuela, exsecretario general de Emcali y exdirector de la Unidad de Acción Vallecaucana, es el único aspirante de la línea Guerrero, pero otro sector cercano a la administración municipal le sigue insistiendo a Alejandro Eder, ex director de la Agencia colombiana para la reintegración, que se lance a la Alcaldía, mientras que un grupo de “cacaos” locales anda buscando entre los empresarios uno que se le mida a ser candidato y tratan de convencer a Maurice Armitage de que se postule.
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En el uribismo tampoco hay nada claro, ante la incertidumbre entorno a Angelino Garzón, el Centro Democrático no ha definido; sin embargo, existen dos posibilidades, que la colectividad presente candidato propio, que podría ser el exalcalde Carlos Holmes Trujillo, o uno en alianza con el Partido Conservador, que sería Carlos José Holguín, exsecretario de Gobierno de Cali, que tiene el respaldo del sector político que lidera el gobernador Ubeimar Delgado.
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A los factores de incertidumbre hay que agregar algunos nombres que están en el sonajero y que podrían destaparse en algún momento, como el exsenador Germán Villegas Villegas y la exconcejal y hasta hace poco secretaria de Recreación y Deportes de Cali, Clara Luz Roldán. Al primero le vienen insistiendo en que se lance, y por ahora ni lo confirma ni lo descarta, y la segunda sería candidata a la Alcaldía en caso de que el Partido Liberal presente candidato propio a la Gobernación del Valle y no respalde a Dilian Francisca Toro.
Se espera que cuando empiece a aclarar el panorama y se pase del sonajero a candidaturas reales –ya inscritos-, queden cuatro candidatos: el de los partidos de la unidad nacional, el heredero del alcalde Guerrero –que será el mismo de los empresarios-, el del uribismo, el de la izquierda –que será el excongresista Wilson Arias- y uno independiente, que sería la abogada Luz Elena Azcárate, exgerente de Telepacífico, o el concejal Michel Maya, de la Alianza Verde.
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