La deserción escolar es un problema que afecta a miles de niños y adolescentes en Colombia, exponiéndolos a riesgos como el reclutamiento por parte de grupos criminales y la delincuencia juvenil.

En este contexto, la iniciativa de la Gobernación del Valle del Cauca de implementar la estrategia de ‘Búsqueda activa’ es una acción clave para evitar que más jóvenes queden fuera del sistema educativo y sean atrapados por las economías ilegales.

El esfuerzo por reincorporar estudiantes a las aulas no es solo una cuestión educativa, sino también una estrategia de seguridad.

Está demostrado que la falta de oportunidades en el sistema escolar incrementa la vulnerabilidad de los jóvenes frente a redes delictivas, convirtiéndolos en blanco fácil de estructuras criminales que les ofrecen dinero rápido a cambio de actividades ilícitas.

Esta realidad se hace evidente en zonas del país donde el crimen organizado ha encontrado en los menores de edad un recurso para fortalecer su poder.

El desafío no solo radica en garantizar el acceso a la educación, sino en hacer que los jóvenes encuentren en ella un verdadero camino de crecimiento y oportunidades.

Para lograrlo, es necesario mejorar la calidad educativa, garantizar entornos escolares seguros y fortalecer programas de apoyo que eviten que los estudiantes abandonen sus estudios por problemas económicos o sociales.

Más allá de los esfuerzos gubernamentales, la sociedad en su conjunto debe comprometerse con esta causa.

La lucha contra la deserción escolar es también una lucha contra la violencia y la delincuencia.

Recuperar a un estudiante para la educación es impedir que termine atrapado en un mundo de ilegalidad.

Si se quiere un país más seguro y con mayores oportunidades, la educación debe ser una prioridad innegociable.

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