Cali, diciembre 4 de 2023. Actualizado: lunes, diciembre 4, 2023 13:16
El bloqueo que se presentó esta semana en La Guajira, donde indígenas Wayuu impidieron el paso entre Rioacha y el resto del país por más de 48 horas, para protestar por el abandono que padecen sus comunidades, y el bloqueo de la Ruta del sol en Santander, entre Bucaramanga y Barrancabermeja, por parte de personas que protestan por una concesión minera, muestra cómo en en Colombia poco a poco, y muy especialmente en los últimos seis meses, las vías de hecho no sólo se están haciendo más frecuentes, sino que la agenda del gobierno nacional se mueve al vaivén de este tipo de presiones.
No se trata de cuestionar el derecho a la protesta, sino de plantear un análisis serio sobre lo peligroso que resulta que el gobierno del presidente Gustavo Petro valide los bloqueos como mecanismo para que las comunidades logren compromisos con el Estado. En el caso de la protesta de La Guajira, el cierre de la vía por 48 horas bastó para que se suscribiera un acuerdo de 13 puntos por parte de la Nación.
¿Qué pasaría si en los otros 30 departamentos siguen el ejemplo de La Guajira y Santander? Ni el país se puede paralizar ni un gobierno puede definir su agenda y sus acciones a partir de las vías de hecho.
Claro que hay que dar respuesta a las muchas necesidades que tienen comunidades a lo largo y ancho del país, pero esto debe ser en cumplimiento de un programa de gobierno y no al calor de presiones que llevan al gobierno a firmar compromisos que en la mayoría de los casos no analiza y, por lo tanto, no cumple. No se pueden seguir validando los bloqueos.
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