Cali, mayo 31 de 2023. Actualizado: miércoles, mayo 31, 2023 20:10
Negar los problemas de seguridad de las zonas que se disputan las bandas criminales solo sirve para agrandarlos.
La situación que viven los más de cien mil habitantes de la región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, es muy compleja: están en medio del fuego cruzado de dos grupos armados ilegales que se disputan el control de 25 mil hectáreas de cultivos de coca, y el Ministerio de Defensa y el Ejército, que son las instituciones llamadas a garantizar la seguridad de la población civil no reconocen la gravedad de lo que está ocurriendo.
El comercio de ocho municipios está casi paralizado y el temor de salir a la calle es tal que la propia Gobernación de Norte de Santander suspendió las clases en las instituciones públicas.
No sorprende que el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, no reconozca la gravedad de esta situación, pues algo similar hizo ante la seguidilla de asesinatos de líderes sociales, que relacionó con líos de faldas, y ante la aparición de “Guacho”, el criminal que trafica droga, secuestra y mata en la frontera con Ecuador, cuya peligrosidad desestimó inicialmente.
Lo que sorprende es que el comandante del Ejército, el general Ricardo Gómez Nieto, diga que en el Catatumbo no hay guerra.
Esto que está ocurriendo en Norte de Santander debe preocuparle a todo el país, porque sería fatal que los problemas de seguridad que se viven en otras regiones del país se afrontaran con la misma lógica de negación.
En los límites entre los departamentos de Cauca y Valle del Cauca hay una guerra sin cuartel entre disidencias de las Farc y bandas criminales por el control de los cultivos de coca, y si no hay una pronta intervención por parte de las Fuerzas Militares, esta zona muy cercana a Cali se convertirá en un nuevo Catatumbo.
Fin de los artículos
Ver mapa del sitio | Desarrollado por: