La propuesta del presidente Gustavo Petro de convocar a una Asamblea Constituyente sigue generando preocupación. En un contexto donde el país ha experimentado un retroceso en términos económicos y de seguridad durante la primera mitad de su mandato, resulta imperativo que el mandatario centre sus esfuerzos en la ejecución y no en debates ideológicos que pueden distraerlo aún más.

Colombia no necesita una nueva constitución para alcanzar la paz y el desarrollo. Lo que el país requiere es voluntad política y capacidad de trabajo por parte del gobierno.

Diversas voces, entre ellas las de 200 exconstituyentes, excongresistas, exministros e intelectuales suscribieron una carta en la que sostienen que el país no necesita una constituyente y que las vías institucionales vigentes, como el Congreso y los mecanismos de participación ciudadana, son suficientes para realizar las reformas necesarias.

Los firmantes de este documento advirtieron que “una Constituyente podría abrir la puerta a cambios radicales en la estructura del Estado y en los derechos fundamentales, poniendo en riesgo la estabilidad democrática, el modelo económico y el Estado de Derecho en Colombia”.

El expresidente Juan Manuel Santos, en un video publicado en sus redes sociales este fin de semana instó al gobierno a enfocarse en implementar el acuerdo de paz y en otros aspectos cruciales como la recuperación de la seguridad, el fortalecimiento de la economía y la mejora del sistema de salud, destacando que no se requieren reformas constitucionales para ello, sino voluntad política y capacidad de gestión.

Los problemas de Colombia en materia económica, social y de seguridad son demasiado grandes como para que el gobierno se distraiga en debates innecesarios sobre una nueva constitución.

Es hora de que el presidente Petro y su equipo demuestren su capacidad de ejecución para resolver los verdaderos problemas que enfrenta el país.

Comments