Los amantes adolescentes y los lectores menores, son discriminados por igual.
La sentencia C- 039 de 2025 de la Corte Constitucional, prohibió el matrimonio entre adolescentes.
Hay colegios que censuran “Cien años de soledad”, según, por su contenido obsceno no apto para los lectores menores.
La prohibitiva sentencia de la Corte Constitucional y la censura literaria “educativa”, nos pone en la encrucijada si celebrar el Día de San Valentín (el 14 de febrero), o mejor, acoger el Día del Amor y la Amistad (celebración de septiembre).
Por convicción colombianista y mi rechazo a lo foráneo, siempre preferí la celebración septembrina de amor y amistad.
Sin embargo, debido a la reciente sentencia constitucional, desde este año promoveré y celebraré el Día de San Valentín.
¿En qué fundamento mi cambio de opinión para tomar esta decisión? Sencillamente quiero expresar mi desacuerdo con la sentencia de inexequibilidad constitucional que la estimo discriminatoria para los amantes adolescentes.
Si fuera ponente la hubiese denominado “Sentencia San Valentín”, porque coincide con la historia del sacerdote que fue sentenciado por desobedecer al emperador romano Claudio II que había decretado que los curas no casarían a los jóvenes soldados porque los requería en los cuarteles listos para el combate.
Recuerdo que hace varios años hubo directores técnicos que días antes de un partido aislaban a los futbolistas de sus residencias conyugales para que conservaran fuerzas para el otro combate en la cancha.
Aconsejo a sacerdotes y a notarios que se encomienden a San Valentín, para que les recuerde la prohibición y los proteja de emularlo con un escarmiento.
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