Hace una semana varios perros de raza pitbull asesinaron a dentelladas, ferozmente, a un niño en Bucaramanga. La noticia, al parecer, ha pasado inadvertida. No he visto las protestas por ese crimen. El dueño de los perros se fugó.
Sin embargo, sí he visto enconados a los animalistas cuando se trata de agresión a un perro. Salen altivos a decir que donde están los dueños y que los enjuicien. Es bueno llamar la atención en estos hechos, dado que la vida de un niño no puede ser menor que la de un can.
¿Ambas vidas valen, pero la de un congénere porque no genera el estallido que sí un perro?
¿No valdría la pena que las organizaciones que propugnan -con énfasis- por la defensa de los animales, hagan lo propio por la de los humanos, en especial por la vida de los niños que tienen fuero constitucional especial?
No sería interesante, por decir lo menos, ¿que se haga cumplir la legislación que existe sobre la tenencia de animales fieros? En eso hay que iniciar una cruzada en las elecciones locales. Podemos convivir con los animales, tenerlos de mascotas, quererlos, mas no tolerar que se vuelvan asesinos impunes, ni sus dueños.
Adenda con dolor: Hago votos, y pido a los amigos hacer lo propio. Encender una vela, leer un poema en silencio, acudir a un sacerdote o pastor, beber agua en señal de agradecimiento, mirar el cielo y admirar su azul que alivia. En fin, todo lo que sea un sendero que conjure las dolencias e impida que nuestro amigo Rodrigo González Caicedo “El Dandy” siga delicado de salud.
Comments
Fin de los artículos
No hay más artículos para cargar