Mario Germán Fernández De Soto

Nuevo Congreso

Mario Germán Fernández De Soto

Al posesionarse un nuevo Congreso de la República, Colombia espera contar con una corporación que actúe como lo mandata la Constitución Nacional, con la seriedad y la altura que exige el momento histórico en el cumplimiento del ejercicio de legislar de manera soberana para resolver los problemas de todo un pueblo que acaba de elegir a un gobierno en el que tenemos puestas nuestras ilusiones de cambio, reconciliación y desarrollo social y económico.

La tarea principal de los congresistas es el control político.

No se trata de oponerse a todo, ni tampoco de poner condiciones extremas a las iniciativas gubernamentales sin ninguna razón; al contrario, debe ser el legislativo el punto de equilibrio entre los proyectos de ley presentados por los ministros y los propios parlamentarios, evaluados con los criterios de orden legal, ambiental, económico y de equidad social en beneficio de la nación, porque las grandes transformaciones sociales en materia de salud, justicia, educación, seguridad social, vivienda, entre otras muy importantes, están a la orden del día para ser discutidas en ese escenario natural de la democracia.

Los representantes y senadores han sido elegidos para cumplir con el papel fundamental de garantizar el Estado social de Derecho a pesar de la dura polarización que vive nuestra sociedad.

Ahora bien, ya son varias las colectividades que han declarado su apoyo al señor presidente Petro, quien inicia su período el próximo 7 de agosto, lo que garantiza unas mayorías que comienzan una legislatura con una propuesta de valor para construir consensos alrededor de los más álgidos dilemas del país.

Hoy más que nunca es necesario un acuerdo político amplio, no solamente para aprobar las iniciativas del Presidente entrante, como la “tributaria”, la que causa temor natural y angustia a muchos sectores y que debe ser ampliamente discutida y consensuada de manera colectiva, sino también para enfrentar por fin el debate sobre la necesaria implementacion del acuerdo de paz, que en mi opinión tiene que comenzar por una verdadera reforma agraria para mitigar el hambre y la desigualdad rural y, sobretodo, que dignifique la vida de los campesinos, garantizando al mismo tiempo la seguridad alimentaria para todos los colombianos.

En esta etapa de la vida institucional del país, es menester un Congreso para la conformación de una nueva sociedad, que se reivindique con la ciudadanía, entendiéndola e interpretándola, a partir de la diferencia, porque es la manera como se puede forjar el sano equilibrio para el bienestar y el progreso de los grupos poblacionales que anhelan mayores oportunidades para su promoción social y económica.

Es la hora de pensar en la convivencia pacífica, la reconciliación social y política más allá de los intereses partidistas, los que tienen que mantener una sana posición de análisis constructivo en torno a las decisiones estratégicas para el futuro de la tierra que nos vio nacer.

Deseo el mayor de los éxitos en la labor legislativa a quienes hoy representan la grandeza de la patria: el nuevo Congreso de la República.

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