Bogotá es el epicentro absorbente y envolvente de Colombia. Todo pasa por allá, ven a las regiones, como diría el poeta: “lejana y sombría”. Tal vez, por eso, la federalización les duele.
Y si en la política es evidente, en el arte y la cultura, más. Vemos, con orgullo, como vino desde España Juana Acosta a presentar su obra “El perdón” con toda la carga emocional que implica, pero con una interesante apuesta escenográfica. Y ha sido destacada, ella, en el festival de cine de Cartagena, por su imparable labor de actriz, y dejar nuestro nombre posicionado de la mejor manera en Europa.
Pero también está Alejandra Borrero. Que si bien no es natal de Cali, es su ciudad. Aquí se forjo con esos “pocos buenos amigos” como Luis Ospina, Mayolo, Sandro Romero, entre otro amplio combo, que lograron lucirse en el mundo de las artes.
Tenemos entonces esa ebullición de arte de nuestro Valle del Cauca, que se muestra, que nos deja bien representados, y que merecen todo nuestro aplauso. Algún festival de Cali o del Valle del Cauca, debe refrendar los homenajes y respaldar a sus representantes del arte, de la cultura, de Cali.
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