Luis Ángel Muñoz Zúñiga

Ingratos con el santo varón

Luis Ángel Muñoz Zúñiga

La idea de un cabildante de retirar el busto de Sebastián de Belarcázar, rechaza esa forma de imponer inmerecidamente nombres a parques, avenidas y colegios. Terry Hurtado propuso retirar el busto del primer esclavista y genocida contra los pueblos ancestrales. Exceptuando los nombres del Libertador Bolívar, Jorge Isaacs y Jairo Varela, la ciudad sólo perpetúa a sus políticos, muchos sin mérito alguno. Inauguran colegios denominándoles con nombres que en vida nada hicieron por la educación.

Pero seguimos siendo ingratos con el “Santo Varón” de los caleños, Alfonso Hurtado Galvis, aquel sacerdote que quedó indeleble en la memoria de varias generaciones. Él encabezó las brigadas de salvamento en la fatídica explosión del 7 de agosto de 1956 en Cali. Aunque vivió para contarlo, jamás se imaginó aquel olvido que sería. A mediados del siglo XX nadie se acostaba en Cali sin oír “La voz del prójimo”. Logró el mayor rating de sintonía en la radio con el programa diario de servicio social que les buscó empleo a miles de caleños y, en navidad y semana santa, promovía el fervor religioso.

Otros quisieron emularlo, pero alcanzada la fama, renunciaron a su misión sacerdotal y escogieron horizontes lucrativos. Hurtado Galvis sí fue la voz de los que no tenían voz, misión que nunca declinó. Además innovó la radio, tuve oportunidad de participar, en la semana santa de 1978, en una mesa redonda con Mauricio Guzmán, Yolima Espinoza, Guido Arrunateguí y Eduardo José Victoria. El Padre Hurtado había nacido el 5 de septiembre de 1924. Falleció hace seis años. Perpetuemos su memoria.

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