Luego de terminada con gran éxito la COP16, la cual registró más de 23,000 asistentes acreditados en la zona azul y más de 700,000 visitantes en la zona verde; y la más organizada según muchos que han asistido a otras versiones, como el mismo secretario general de la ONU, queda claro que Cali y el Valle del Cauca están para grandes cosas.
Esta COP ha sido la más inclusiva y se vivió en toda la ciudad. Los caleños no desentonaron, recuperamos el espíritu cívico, amable y positivo que nos caracteriza y fuimos grandes anfitriones.
Cali ha escrito un nuevo capítulo que nos permitirá superar las añoranzas de los juegos panamericanos, y desde ahora Cali no será la misma, tenemos todos para potenciar nuestra gran riqueza: la diversidad.
Creo que después de este evento para propios y extraños ya no quedará duda de que tenemos la mayor diversidad ecológica y natural de Colombia, lo que nos posiciona como la capital de la biodiversidad no solo del país sino del mundo.
Durante dos semanas, hemos escuchado que somos privilegiados por formar parte del Chocó Biogeográfico, una de las cinco ecozonas más biodiversas del planeta, que alberga una amplia variedad de ecosistemas.
Muchos desconocían esto, pero ahora no lo olvidaremos. Lo más importante es que queda muchas ideas, compromisos y propuestas para proteger esta riqueza y hacer un uso sostenible de la misma, pues Cali ha sido el epicentro de debates mundiales que pueden traducirse en acciones locales.
Y si, necesitamos de un evento para reconocer esto, pero no hay que verlo como algo negativo. A veces, una mirada externa nos recuerda lo que somos, lo que tenemos y lo que podemos hacer.
Porque la COP además de visibilizar nuestra ciudad, ha servido para destacar nuestra identidad, redescubrir nuestras fortalezas sin olvidar nuestras debilidades, y nos permitió apreciar todo lo bueno que tenemos, que repito, se resume en nuestra diversidad.
Una diversidad que va más allá de la natural, Cali es la ciudad más diversa del país, léanlo bien, la más diversa de Colombia en todo el sentido de la palabra. Es biológicamente rica, como nos recordó la COP16, pero también diversa en términos étnicos, culturales e incluso económicos, debido a una combinación de factores históricos, culturales y geográficos únicos.
Para entenderlo, hay que partir de nuestros orígenes, las mezclas culturales se derivaron de procesos migratorios desde su creación y por eso hoy, el 30% de la población caleña no nació en la ciudad.
En un principio fueron los españoles, aztecas y africanos, cuando Cali a pesar de ser una de las ciudades más antiguas de Latinoamérica, no era más que un puerto seco.
Pero con la creación del departamento del Valle del Cauca en 1910 – y ser elegida fortuitamente como capital, sumado a la apertura del Canal de Panamá en 1914 y la llegada del ferrocarril en 1915, comenzó una era de crecimiento vertiginoso.
Gracias a la construcción de la Carretera que unió al pacifico con Bogotá, Cali recibió inmigrantes del suroccidente del país y de otros departamentos, constituyéndose en la mitad del siglo en la tercera ciudad más importante del país y eso explica porque la mayoría de los abuelos de los caleños con más de 20 años no nacieron en la ciudad.
Cali creció en línea con la modernización de la industria azucarera y la consolidación de Buenaventura como el puerto de comercio exterior más importante del país, por el cual salía diferentes mercancías de diferentes regiones, sobre todo café en los primeros 30 años del siglo XX, cuando Colombia llegó a representar el 20% de las exportaciones de café en el mundo (hoy solo representa alrededor del 10%) y luego de manufacturas con la llegada de empresas de capital extranjero que permitieron sofisticar nuestro aparato productivo.
El crecimiento continuó, y se presentaron migraciones en las últimas siete décadas por temas de violencia y falta de oportunidades, y en menor escala oleadas de inmigrantes de otros puntos del mundo por la llegada de empresas de capital extranjero y sobre todo de Venezuela en las últimas dos décadas por temas sociales. Cali es la ciudad que más ha crecido en población desde 1938 a 2024.
Mientras ciudades como Barranquilla tiene hoy una población 9 veces mayor que hace 86 años, Medellín 18 veces, y Bogotá como capital 24 veces, Cali hoy tiene 25 veces la población que tenía en 1938.
Actualmente, Cali es indiscutiblemente el epicentro urbano, económico y cultural del suroccidente y la tercera economía del país, esto ha sido posible gracias a diferentes factores que tienen que ver con la diversidad.
El poder de nuestra diversidad étnica generó múltiples expresiones que se reflejan en nuestra rica y diversa cultura, música, arte y gastronomía; pero también se refleja en el deporte y en general destacamos en todo lo que tenga que ver con talento.
Este talento se entremezcló con dos factores para crear el tejido productivo más diverso del país. Primero con nuestra diversidad biológica y segundo digo yo, la fortuna de no tener Petróleo, esto permitió que con base a nuestras capacidades humanas y territoriales desarrolláramos el tejido económico más diverso y sofisticado del país, que nos han permitido ser resilientes e innovadores, y hacer usos de fuentes de energía renovables y no convencionales. Y sí, tenemos también la matriz energética más diversa, gracias a fuentes como renovables hidráulica, biomasa y solar.
Como se puede ver, la diversidad es nuestra palabra clave. Es la diversidad de nuestra gente lo que nos hace pujantes, expresivos, alegres y emprendedores, y fue esto, junto a nuestra riqueza natural, lo que mostramos al mundo estas dos semanas.
Demostramos que la reconciliación es posible y que, a pesar de la diversidad, podemos tener una identidad común, sentirnos dueños de la ciudad y trabajar unidos por lo verdaderamente importante: el bienestar de Cali. Porque si a Cali le va bien, a todos los vallunos nos va bien.
El mayor logro de la COP, es recordarnos que algo grande depende de todos los que vivimos en la ciudad, al final, todos podemos aportar desde la posición que estemos, me siento muy orgullo y por eso como nos ha invitado el Alcalde, Alejandro Eder, todos debemos dar un gran aplauso a Cali. #GraciasCali
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