La celebración de los 25 años de Gases de Occidente nos invita a reflexionar sobre el papel de las empresas en nuestra sociedad.
Actualmente, GdO tiene cerca de 1.300.000 clientes, en 280 poblaciones del Valle y del Cauca, departamentos en los que alcanza una cobertura efectiva del 94%. A lo largo de su historia ha hecho una inversión social superior a $25.000 millones con más de diez mil beneficiados.
Actualmente, la empresa hace parte de Compromiso Valle y de otras importantes iniciativas. En resumen, sus actividades han generado empleo, mejorado la calidad de vida de sus usuarios, impulsado el desarrollo social de sus comunidades y contribuido al mejoramiento del medio ambiente gracias a sus procesos de innovación en energías renovables.
Una historia común a las de miles de empresas de todos los tamaños que operan en nuestro país en diferentes sectores.
El tejido empresarial colombiano debe ser visto como la base para avanzar en el desarrollo económico y social sostenible del país, no como una amenaza del mismo.
Es un error estigmatizar a los empresarios y a las empresas y considerar que el Estado debe asumir todo tipo de actividades.
Por ejemplo, en el caso del gas, ¿realmente es mejor dejar de ser productores e importar el combustible de Venezuela? Los políticos no son el mejor ejemplo de buenos y transparentes administradores, ¿Queremos volver a los tiempos en que los hospitales públicos y el seguro social eran monopolio en la salud? ¿Qué pueden contar quienes recuerdan las comunicaciones en manos exclusivas de Telecom? Avancemos en lo social, sin debilitar el tejido empresarial. Tengamos también en cuenta que el empleo es la base más sólida para construir equidad.
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