Hoy está surgiendo un nuevo orden no solo mundial sino para Colombia, y éste deberá ser edificado por personas de corrientes políticas diversas y de pensamiento muchas veces contrario.
El Presidente Duque, su gabinete y demás funcionarios han tomado muy en serio el problema que enfrentamos. Lo que es inadmisible es que a mandatarios locales se les olvide que quien maneja la totalidad del país es el Presidente de la República.
A Duque se le debe reconocer que está pensando como estadista, llegada la pandemia reaccionó, tomó control, demostró de que está hecho y con calma, ponderación, coraje y decisión ha dado soluciones reales, concretas y eficaces.
El discurso del gobierno y su actuar privilegia la salud por encima de todo, tiende a preparar el sistema hospitalario lo mejor que se pueda para cuando lleguen tiempos peores, porque puede suceder. En pocas palabras el presidente se graduó de estadista.
Obvio que hay fallas y muchos temas en los que mejorar: ampliar el decreto de excarcelación; invertir en tecnología para que la justicia funcione mejor; mayor exigencia al sector financiero para que apoye con mejores tasas de interés; brindar todos los elementos a los médicos para que estén en condiciones seguras.
Seguro estoy de que la MinJusticia está trabajando en un nuevo decreto pensando en los privados de la libertad y en los guardias; seguro estoy de que MinSalud está metido de cabeza buscando insumos para médicos y hospitales; seguro estoy de que MinHacienda y el SuperFinanciero están atentos para pedirle más compromiso a las entidades financieras y seguro estoy presidente de que usted está al mando.
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