Carlos Andrés Arias Rueda

El gran reto

Carlos Andrés Arias Rueda

Con mucha expectativa comenzó el nuevo cuatrienio que estará marcado por la administración de Alejandro Éder en la alcaldía. Llama la atención el tono conciliador del nuevo mandatario de los caleños, en donde, en sus primeras salidas al público, ha hecho sendos llamados a la reconciliación.

La Cali de hoy es una ciudad dividida, fragmentada, una ciudad que contiene varias ciudades. Estamos lejos, muy lejos, de aquella ciudad que fue modelo de civismo, que organizó los juegos panamericanos cuando despuntaba la década de 1970, la ciudad que construyó una identidad a partir de la salsa.

Las heridas de los caleños no son recientes, al contrario, son producto de décadas de exclusión marcadas por una barrera física que atraviesa la ciudad como una cicatriz que se extiende a lo largo de la avenida Simón Bolívar; la caldera explotó en el año 2021, durante el llamado estallido social. Se generaron unos bandos en donde cada uno reclamó para sí el título de “los buenos”. De ahí en adelante, la división se hizo más notoria, afectando muchas esferas de la vida pública, teniendo en el proceso electoral del 2022, uno de sus puntos más álgidos.

Desafortunadamente, la pasada administración distrital no tuvo la capacidad para generar la confianza necesaria y tratar de sanar las heridas abiertas, los constantes cuestionamientos minaron su legitimidad como conciliador e hicieron imposible su tarea como actor importante en la construcción de resiliencia ciudadana.

Por ello, el llamado del nuevo alcalde en donde hace de la reconciliación su prioridad es muy importante, porque, si bien es cierto que aspectos como la seguridad o la movilidad se encuentran en el primer nivel de prioridad, la reconstrucción del tejido ciudadano no es menos trascendental, dado que no se puede sacar adelante un proyecto de ciudad si no se cuenta con sus ciudadanos halando para el mismo lado, apostándole al mismo proyecto; las transformaciones sociales no sólo se construyen desde arriba, desde la institucionalidad, si no también desde abajo, desde las bases sociales.

Es claro el reto enorme en materia de reconciliación, en donde la narrativa de “buenos y malos” o de “unos contra otros” debe dejarse de lado, eso es lo que se espera, no sólo del alcalde, sino de toda su administración, incluyendo a aquellos que en el pasado se caracterizaron por su retórica virulenta y que ahora fueron llamados por el alcalde para cumplir diferentes roles en la institucionalidad distrital. Juntos debemos apostarle a una nueva alianza ciudadana por Cali.

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