Luis Ángel Muñoz Zúñiga

De cataclismos a carnavales

Luis Ángel Muñoz Zúñiga

Los sentimientos colectivos populares, de rabia o de alegría, suelen expresarse con cataclismos o, por el contrario, con fiestas de carnaval.

En el “Petronio Álvarez”, la ciudadela del festival se llenará de bote en bote con similar proporción que el domingo cuando se llenó la Plaza de Bolívar.

Los recuerdos del cataclismo vivido hace un año serán borrados por esperanzas y alegrías. Los cataclismos dejan tristeza humana por los recuerdos de la destrucción y de muertes en la ciudad.

Las fiestas de carnaval dejan gratos recuerdos de alegría popular. El mayor cataclismo ocurrido el siglo pasado, fue provocado por el magnicidio cometido contra Jorge Eliecer Gaitán el 9 de abril de 1948.

El mayor cataclismo ocurrido este siglo, fue provocado por el paquetazo de reforma tributaria, presentado en junio de 2020 por el entonces ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla, que degeneró en el lamentable estallido social que inició en abril de 2021. La mayor euforia colectiva del siglo pasado se expresó el 19 de diciembre de 1979, con motivo de la primera estrella alcanzada por el equipo América en el futbol colombiano.

Esa alegría de los americanos fue preámbulo de las fiestas de la feria de Cali. Adentrados en la tercera década de este siglo, los colombianos expresaron su mayor euforia colectiva el pasado 19 de junio de 2022, motivada por del triunfo electoral de Gustavo Petro, alegría replicada el pasado domingo 7 de agosto, día la posesión presidencial.

Petro anticipó tres días el Petro…nio, el Festival “Petronio” de Música del Pacífico.

Los afrodescendientes que en los festivales de Música del Pacífico se vuelcan en la ciudad de Santiago de Cali a escuchar a los grupos de marimbas, esta vez anticiparon su euforia con la toma de Bogotá.

Viajaron a la posesión de su líder Francia Márquez y a escuchar las palabras de juramento de su Presidente.

Si los sentimientos colectivos obedecen a causas, ¿por qué la euforia de los cien mil colombianos que llenaron la plaza de Bolívar? Ellos, igual que los once millones trecientos mil colombianos que votaron por Gustavo Petro, estaban ansiosos por testimoniar el cambio de gobierno.

Al igual que los hinchas americanos esperaron una estrella medio siglo y, sobre todo, en los tres campeonatos cuando a última hora la perdía, los petristas, esperaron dos siglos a un presidente del pueblo y, sobre todo, en las tres últimas elecciones.

Los militantes del Pacto Histórico desvirtuaron la afirmación del sociólogo argentino Juan José Sebrelli, quien aseguró que “un individuo podía cambiar de partido político, pero jamás de equipo de futbol”.

Los petristas esperaron hasta el final, en la segunda vuelta electoral demostraron que seguían fieles con el Pacto Histórico.

Quién cambiaría de partido político, si sus simpatizantes creen en Gustavo Petro, con el mismo sentimiento que creyeron en Francisco Maturana, el 5 de septiembre de 1993, en la clasificación al Mundial de 1994, cuando se acreditó con el cinco a cero de la Selección Colombia contra Argentina.

Nadie lo haría si los discursos de Francia Márquez producen similar placer al que sentimos por los goles de Faustino Asprilla y Fredy Rincón.

Ahora, también quién cambiaría de partido político, si la admiración por Gustavo Petro es similar a la acreditada por el director técnico Nelson Abadía.

Oír las intervenciones de Francia Márquez, produce euforia como las gambetas de Linda Caicedo.

En el Festival “Petronio” de Música del Pacífico, la unidad deportiva Alberto Galindo, se llenará en similar proporción que el domingo 7 de agosto cuando se llenó la Plaza de Bolívar. Gustavo Petro y el Petronio, producen correlativas alegrías.

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