Cazador de esclavistas

Célimo Sinisterra

Para revivir un poco la historia relacionada con los procesos esclavistas, es necesario traer a colación los nombres de algunas personas que fueron sometidos a la esclavitud pero que dentro de su pensar y sentir ancestral fue imposible instrumentarlos del todo y someterlos a la voluntad del amo.

En esos mal recordados 349 años de la esclavitud, muchos negros lucharon incluso hasta la su muerte en busca de la libertad llegando a tal punto de sublevarse y someter a sus capataces, secuestrarlos y tratarlos incluso como esclavos a ordenes de los negros en los palenques. Esa práctica de poca relevancia motivó a cientos de negros para que lucharan incansablemente por su libertad a ultranza incluso de todos los riesgos que ello representaba.

En esta oportunidad y escudriñando lo poco que se pudo escribir a cerca de negros y negras próceres y abolicionistas e independentistas, conoceremos el legado de un negro que nació en Brasil y que con el trascurso de los años se convirtió en un rebelde que diezmó a los blancos esclavistas.

Benedito Meia-Légua, “media legua”

Su nombre original era Benedito Caravelas y vivió hasta 1885, líder nato y muy viajado, sabía mucho del noreste de su país natal Brasil, Sus andanzas le habían valido el apodo de “Media Legua”. Siempre llevaba consigo una pequeña imagen de San Benito, que más tarde adquirió un significado “mágico.”

Este valiente negro se dio a la tarea de reunir a un grupo significativo de insurgentes con los cuales aterrorizó a los granjeros de la región, invadiendo los barrios de esclavos, liberando a otros negros, saqueando y causando daños reales y muertes.

Se dice que era un estratega atrevido y creativo, creando pequeños grupos para evitar grandes capturas y atacando diferentes fincas simultáneamente.

La genialidad del plan de media legua, consistía en que el líder de cada grupo se vistiera exactamente igual que él.

Siempre que uno tenía la desgracia de ser apresado, Benedito reaparecía en otras rebeliones. Los granjeros llegaron a creer que era Inmortal, por eso siempre que había noticias de rebelión de esclavos, se hacía la pregunta “¿Pero es Benedito?” será el mismo negro que esta causando estragos en las plantaciones?

El mito ganó fuerza después de una captura dramática. Benedito llegó a São Mateus Provincia de El estado de El Salvador, en el mismo Brasil, fue atado por el cuello y arrastrado por la selva, por un capitán del ejército, quien montaba a caballo. Al cabo de algunas horas fue dado por muerto y llevado al cementerio de los esclavizados, en la iglesia de San Benito.

Al otro día, cuando fueron a cuidar el cuerpo, ya no estaba y solo había huellas ensangrentadas en el piso. Surgió la leyenda de que estaba protegido por el mismo San Benito. Para los portugueses ese negro era inmortal, la noticia corrió rápidamente por todas las haciendas, el solo referirse al negro media legua causaba pánico y sobre todo miedo a los esclavistas que procuraban su arresto. Durante más de 40 años él y su grupo, más que resistir, derribaron el sistema esclavista en el tercer país más grande de América.

Muerte de Benedicto

Benedito fue asesinado en su vejez, cojo y enfermo dormía en el tronco de un árbol hueco, este escondite que fue denunciado por un cazador. Sus perseguidores estaban al acecho, esperando a que Benedito se retirara. Taparon el tronco y le prendieron fuego, la leyenda dice que ahí murió.

Su legado es una estela de valentía, fe, audacia y fuerza de lucha por su pueblo, que aún se representa en las puestas en escena de “Congada y Ticumbi” en todo Brasil. En medio de las cenizas encontraron su pequeña imagen de San Benito el santo que lo protegió hasta el día de su muerte.

Cada 1 de enero, la procesión de Ticumbi recoge la pequeña imagen de San Benito de Córrego das Piabas y la lleva a la iglesia en una escenificación dramática para celebrar la memoria de Meia-Légua el negro que logró matar a un centenar d esclavistas en Brasil