La reforma a la Constitución de 1886 estuvo antecedida de la guerra civil de 1885. Una guerra que el liberalismo le declaró a Núñez por la mala administración que venía desempeñando desde 1884(durante su segundo gobierno), le imputaron los liberales de Santander del sur, con Solon Wilches, a la cabeza que, había prohijado un fraude electoral e impulsado en otros Estados la desestabilización de los presidentes estaduales del liberalismo radical para ubicar a conservadores Nuñistas adscritos al partido Nacional; también por el cierre de los espacios de participación a los liberales radicales, la torticera manera como dejó penetrar tropas norteamericanas a Panamá interfiriendo en la gobernanza panameña de ese Estado federal; las refriegas militares empezaron a finales de ese año 84 y se intensificaron desde enero de 1885 en Tuluá para dar paso a la batalla de Sonso y después un ringlero de batallas.
Rafael Núñez conformó un grupo de 18 delegatarios de bolsillo, o sea eran Nuñistas impectore, combinados uno liberal y otro conservador por cada departamento, no se eligieron constituyentes provenientes de la voluntad popular, todos salieron del bolígrafo del presidente Núñez, o sea, 2 representantes por cada uno de los 9 Departamentos a crear que reemplazarían a los Estados del federalismo, Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cundinamarca, Cauca, Magdalena, Panamá, Santander y Tolima.
El objetivo central era crear un Estado centralista, el presidencialismo se enseñoreó al concentrar demasiados poderes el poder ejecutivo, la censura creció para controlar y aminorar a la oposición, el periodo de gobierno se extendió a 6 años y el voto siguió siendo censitario por las limitaciones al voto universal, entre otros cambios.
Las reformas constitucionales de 1905 y 1910 llevadas a cabo por una nueva agrupación de políticos que devenían de una u otra forma de La Regeneración, eran también consocios liberales y conservadores bajo el ropaje o nombre de El Republicanismo, desprendidos del partido Liberal y del partido conservador.
El primero o más destacado fue Rafael Reyes que dirigió la guerra de los mil días y se convirtió en presidente pretendiendo extender el poder a 10 años, impulsó la reforma de 1905 para cambiar la constitución de 1886 adaptándola al nuevo siglo, pero no lo logró. Fue concentrando más poder y su gobierno se convirtió en autoritario.
Su Constituyente tampoco fue de elección popular los integrantes resultaron de la conformación de los miembros de esa Constituyente también fue un remedo porque no se eligieron popularmente, 2 diputados conservadores y un(1) liberal por cada uno de los 9 departamentos, designados por los Consejos de Gobierno departamentales, o Juntas que hicieran sus veces. En la práctica una mascarada con preferidos del presidente Reyes.
El gobierno central programó el cierre del Congreso en diciembre, de 1904, acudió al decretar un estado de sitio y convocó a una Asamblea Constituyente a través del Decreto número 29 de febrero 1 de 1905 , como parafernalia democrática realizando una consulta con las municipalidades sobre conveniencia y necesidad de la reforma a la constitución de 1886 que, resultó parcial.
La conformación de los miembros de esa Constituyente también fue un remedo porque no se eligieron popularmente, 2 diputados conservadores y 1 liberal por cada uno de los 9 departamentos, designados por los Consejos de Gobierno departamentales o Juntas que hicieran sus veces. En la práctica una mascarada con preferidos del presidente Reyes.
Gilma Ríos Peñalosa , en un sustancioso ensayo publicado en el año 2017 por el Banco de la República(www.banrepcultutral.org), escribió que, “ En 1904 el general Rafael Reyes Prieto fue elegido presidente de Colombia, en medio del caos administrativo y ruina fiscal en que había quedado el país después de la guerra de los Mil Días y la separación de Panamá.
La población, sumida en el desconcierto, vio en el lema del presidente electo: “Más administración y menos política”, y en su llamado a la “Unión y la concordia”, una luz de esperanza.
Reyes pretendió hacer un gobierno de Concordia Nacional, para lo cual llamó a su gabinete a liberales como Lucas Caballero y Enrique Cortés.
Paradójicamente, la oposición no provino de las filas liberales, como podría suponerse, sino del Partido Nacional que, bajo la dirección de Miguel Antonio Caro, controlaba el Congreso, que en 1904 dilató sistemáticamente el estudio de las propuestas presentadas por Reyes; el punto más polémico fue la autorización de facultades extraordinarias para llevar a cabo una serie de reformas económicas.
Las facultades fueron vetadas por el Congreso, no obstante contar con el apoyo de la totalidad de sus ministros; pero el presidente encontró la salida a tal situación en un mensaje, atribuido a Guillermo Valencia, que decía: “Desde los tiempos de Cromwell, los gobiernos arriendan las casas de los parlamentarios hostiles”.
Decidió entonces clausurar el Congreso, decretar el estado de sitio y convocar una Asamblea Nacional Constituyente y Legislativa, previa consulta a las municipalidades sobre su conveniencia”.
las reformas no fueron esenciales, nos dice Gilma Ríos, las principales reformas efectivas fueron: la supresión de la vicepresidencia, de dos de las designaturas, del Consejo de Estado y del nombramiento vitalicio de magistrados de la Corte Suprema de Justicia; reconocimiento del derecho de representación de las minorías.
En 1910 la Asamblea Constituyente convocada por el presidente Ramón González Valencia, a través del Decreto 126 de febrero 25 , lo revistió de consulta a 470 concejos municipales para darle cara de evento participativo y resultaron seleccionados 3 diputados por cada una de las 15 circunscripciones electorales (Antioquia. Barranquilla, Bogotá, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Cúcuta, Facatativá, Manizales, Medellín, Neiva, Pasto, Popayán, Santa Rosa y Tunja, más 2 conservadores y 1 liberal, elegidos por las municipalidades.
Otra Constituyente en la historia de Colombia que mutiló al poder originario popular, si nos atenemos a la teoría del Abate Sieyés, explicada en su libro El tercer Estado.
El politólogo Javier Duque Daza, publicó un excelente ensayo titulado “La reforma constitucional de 1910. Constantes institucionales, consensos y nuevas reglas”(www.scielo.org.co) en la revista Papel Político, también, donde expresa claramente que, “ Ante la renuncia de Reyes, y con un gobierno de tránsito hasta completar su periodo constitucional en 1910, surgieron dos cuestiones que requerían solución inmediata.
Por una parte, la designación de quien debía terminar el periodo presidencial inconcluso. Por otra, cómo conducir al país por una vía de arreglos institucionales que permitieran superar los problemas de confrontaciones del pasado inmediato y estableciera las vías legales y formales para la acción política.
¿Cómo hacer efectivas las diversas iniciativas de reformas que de tiempo atrás se venían presentando y cómo deshacer lo hecho por la Asamblea Constituyente conformada por Reyes?
(…)contando con el respaldo de las mayorías republicanas, el presidente convocó a la elección de la Asamblea. De nuevo, se utilizaba esta vía como medio de solución a problemas que generaban inestabilidad y confrontación. A diferencia del Consejo de Dignatarios (1885-1886) y de la Asamblea Constituyente (1904-1909), en este caso, se realizó una elección popular, tres constituyentes por cada una de las circunscripciones existentes.
Dos escaños serían para las mayorías (conservadoras) y uno para las minorías (liberales), lo cual permitía la elección de un cuerpo plural para la época que, a diferencia de los gobiernos y del Congreso de la República, desde 1880, no habían contado con miembros del Partido Liberal.
La Asamblea Nacional Constituyente se desenvolvió con dos ritmos diferentes según los tópicos. Por una parte, en su interior, surgió la discusión respecto a la elección presidencial para el periodo 1910-1914. Por otra parte, la agenda y los debates de las reformas”.
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