Cali, diciembre 5 de 2024. Actualizado: jueves, diciembre 5, 2024 00:31
Noviembre y diciembre de 2024 prometen ser meses emocionantes para los entusiastas de la astronomía, ya que varios cometas estarán en condiciones de ser observados.
Este artículo explora los detalles sobre los cometas visibles durante estos meses y cómo los aficionados pueden aprovechar al máximo estas oportunidades.
Durante noviembre, el cometa C/2023 A3 (Tsuchinshan-ATLAS), que alcanzó su máximo brillo en octubre, aún será visible a principios de mes.
Aunque su luminosidad disminuirá gradualmente, se espera que sea observable con binoculares en el horizonte occidental.
Este cometa es notable por su impresionante cola y es considerado uno de los más brillantes del año.
Además, el cometa 333P/LINEAR alcanzará su perihelio (mayor cercanía al sol) el 29 de noviembre, con una magnitud esperada de 9.8, lo que lo hará visible a través de binoculares grandes o un pequeño telescopio.
Este cometa, descubierto en 2007, tendrá su acercamiento más cercano a la Tierra el 9 de diciembre, cuando su magnitud se estima en 1013.
Esto significa que los observadores tendrán una excelente oportunidad para verlo en ambos hemisferios.
En diciembre, la atención se centrará principalmente en el cometa 333P/LINEAR, que será más accesible para los observadores debido a su cercanía a la Tierra.
Su magnitud relativamente baja permitirá que aquellos con telescopios pequeños o binoculares grandes lo vean claramente.
Aunque no se esperan otros cometas destacados en diciembre, la visibilidad del 333P/LINEAR podría atraer a muchos astrónomos aficionados y profesionales por igual.
Por otra parte, un triste destino tuvo el cometa C/2024 S1, conocido como el “cometa de Halloween”, capturó laque atención del mundo astronómico debido a su descubrimiento reciente y su esperado paso cercano a la Tierra.
Sin embargo, su historia tuvo un desenlace dramático cuando se desintegró durante su aproximación al Sol el 28 de octubre de 2024.
El cometa fue descubierto el 27 de septiembre de 2024 por el equipo del Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides en Hawái.
Inicialmente, se esperaba que el C/2024 S1 fuera visible a simple vista durante la semana de Halloween, lo que le valió su apodo.
Este cometa pertenece a la familia Kreutz, un grupo de cometas que pasan extremadamente cerca del Sol, a menos de 1.4 millones de kilómetros, donde las altas temperaturas y la intensa radiación suelen resultar fatales para estos cuerpos celestes.
A medida que el cometa se acercaba a su perihelio —el punto más cercano al Sol en su órbita— comenzó a desintegrarse.
El Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO), una misión conjunta de la NASA y la Agencia Espacial Europea, capturó imágenes del momento exacto en que el cometa se rompió en pedazos y se evaporó.
Este fenómeno fue documentado en un video que muestra cómo el cometa desapareció en un destello brillante al ser “tragado” por el Sol.
El C/2024 S1 alcanzó su punto más cercano al Sol a poco más de un millón de kilómetros de distancia, una proximidad que representa menos del 1% de la distancia entre la Tierra y nuestro astro rey.
La intensa radiación solar y las altas temperaturas fueron responsables de su desintegración total
La desaparición del “cometa de Halloween” es significativa no solo por la pérdida del espectáculo astronómico que prometía, sino también porque ilustra las dinámicas complejas y peligrosas que enfrentan los cometas rasantes del Sol.
Según los astrónomos, es extremadamente raro que estos cometas sobrevivan a su paso cerca del Sol; hasta la fecha, ninguno de los más de cuatro mil cometas del Proyecto Sungrazer ha logrado hacerlo.
Aunque no fue visible a simple vista, el C/2024 S1 fue observado por telescopios antes de su desintegración, brindando a los científicos y entusiastas la oportunidad de seguir su trayectoria.
Este evento también resalta la importancia del monitoreo continuo del espacio cercano a la Tierra, ya que los cometas pueden ofrecer información valiosa sobre los orígenes y comportamientos de los cuerpos celestes en nuestro sistema solar.
En conclusión, aunque el “cometa de Halloween” no cumplió con las expectativas de un espectáculo visual para el público, su desintegración ha proporcionado datos valiosos para el estudio astronómico y ha recordado a todos sobre la naturaleza efímera y peligrosa de estos viajeros cósmicos.
Fin de los artículos
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