Cali, abril 28 de 2025. Actualizado: lunes, abril 28, 2025 17:04
El cáncer de vías biliares, conocido también como colangiocarcinoma, es una enfermedad rara y agresiva que afecta los conductos que transportan la bilis desde el hígado hasta el intestino delgado.
Representa una pequeña porción de los casos de cáncer a nivel mundial, pero su diagnóstico y tratamiento siguen siendo un desafío, particularmente en regiones con menos acceso a servicios de salud especializados.
“Los tumores de las vías biliares crecen a lo largo de los conductos biliares sin formar una masa evidente en sus primeras etapas, lo que dificulta su detección temprana. En la mayoría de los casos, los síntomas como la ictericia o la pérdida de peso aparecen cuando la enfermedad ya está avanzada”, afirma el Dr. Oscar Guevara, especialista en Cirugía Hepatobiliar.
Las variaciones en las cifras indican que la incidencia global del cáncer de vías biliares es generalmente baja; sin embargo, la naturaleza silenciosa del cáncer de vías biliares hace que muchos pacientes no reciben diagnóstico hasta etapas avanzadas, lo que limita las opciones de tratamiento y empeora el pronóstico.
El diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad presenta múltiples barreras.
“El acceso a exámenes especializados y a médicos subespecialistas como gastroenterólogos y oncólogos es limitado, principalmente en zonas alejadas. Los tiempos de espera para pruebas avanzadas y autorizaciones pueden retrasar significativamente el inicio del tratamiento, afectando el pronóstico de los pacientes. Además, el acceso a terapias de alta complejidad, como cirugías especializadas y trasplantes, es restringido en muchas zonas del país”, afirma Ana Edith Hernández, directora ejecutiva de OICA.
Los factores de riesgo incluyen enfermedades hepáticas crónicas como la cirrosis y la hepatitis B o C, así como condiciones genéticas y la exposición a sustancias químicas.
Debido a que los síntomas pueden confundirse con otras afecciones, el diagnóstico de colangiocarcinoma suele retrasarse.
“Aún carecemos de marcadores efectivos para la detección temprana del cáncer de vías biliares y de tecnologías ampliamente disponibles para un diagnóstico preciso. La innovación es clave para mejorar el pronóstico de estos pacientes, con nuevos métodos moleculares y herramientas que permitan identificar la enfermedad en fases más tempranas”, agrega el Dr. Guevara.
Como parte de los esfuerzos para mejorar la atención de los pacientes con cáncer de vías biliares, organizaciones como OICA han trabajado en la identificación y abordaje de las principales barreras en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
A través de estudios y análisis detallados, han evidenciado las dificultades en el acceso a especialistas, los largos tiempos de espera para exámenes y la falta de recursos en ciertas regiones del país.
Para hacer frente a estos retos, han establecido alianzas estratégicas con actores clave del sector salud, la sociedad civil y la academia, con el objetivo de sensibilizar sobre la importancia de la detección temprana y fortalecer los mecanismos de referencia y atención oportuna.
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