Cali, junio 17 de 2025. Actualizado: martes, junio 17, 2025 17:34
En el lenguaje astrológico, pocas palabras despiertan tanta inquietud como “retrógrado”.
Este término, que alude al aparente movimiento inverso de los planetas desde la perspectiva terrestre, ha ganado protagonismo en el imaginario colectivo por su presunta capacidad de alterar nuestra energía, emociones y toma de decisiones.
Pero más allá de mitos y miedos, ¿Cómo podemos realmente prepararnos —y protegernos— de su influencia?
Aunque el planeta más popularmente asociado con el caos retrógrado es Mercurio, todos los planetas (excepto el Sol y la Luna) entran en este movimiento en distintos momentos del año.
Mercurio afecta la comunicación; Venus, las relaciones; Marte, la energía; y Saturno, nuestras estructuras y responsabilidades.
Lo que varía es su impacto: algunos provocan introspección, otros ralentizan procesos externos.
Lo esencial, según expertos en astrología y bienestar energético, es no caer en el alarmismo. “Los retrógrados no son castigos cósmicos, sino pausas necesarias para reevaluar, revisar y reajustar”, explica Laura Herrera, terapeuta holística y astróloga profesional. “La clave está en alinearse con el ritmo del universo, no en resistirse a él”.
El primer paso para contrarrestar cualquier influencia retrógrada es la conciencia. Saber qué planeta está retrógrado, en qué signo y por cuánto tiempo, permite identificar qué áreas de la vida pueden estar más sensibles.
Por ejemplo, durante el retrógrado de Venus, es común que antiguos vínculos emocionales resurjan.
En lugar de ver esto como una recaída, se puede tomar como una oportunidad para sanar heridas del pasado.
Herrera recomienda llevar un diario emocional durante estos periodos. “Escribir cómo nos sentimos, qué temas se repiten o qué decisiones nos cuestan más nos ayuda a tomar distancia emocional y ver el aprendizaje detrás de cada situación”.
Para quienes creen en la influencia de los astros pero buscan herramientas concretas, hay una serie de prácticas cotidianas que ayudan a mantener el centro durante los ciclos retrógrados:
Meditación y respiración consciente: son las herramientas más efectivas para aquietar la mente y evitar reacciones impulsivas. Unos minutos al día pueden marcar la diferencia.
Aunque muchos sienten que los retrógrados “detienen” sus planes, también pueden ser aliados para procesos de introspección.
“No todo tiene que avanzar a toda velocidad”, señala Herrera. “Si aprendemos a vivir en sintonía con los ciclos, entendemos que cada pausa tiene un propósito”.
Esto incluye aceptar los contratiempos como parte del proceso.
Que se caiga una llamada, se pierda un archivo o se retrase un viaje puede ser simplemente un mensaje del universo para replantear lo que estamos haciendo.
En última instancia, contrarrestar los efectos de los planetas retrógrados no es tanto una cuestión de defensa como de adaptación.
Se trata de escuchar con más atención, actuar con más intención y vivir con mayor conciencia.
Porque en estos tiempos acelerados, cualquier excusa que nos invite a frenar, revisar y reconectar puede ser una verdadera bendición disfrazada de caos.
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