Cali, septiembre 28 de 2023. Actualizado: jueves, septiembre 28, 2023 00:05
La brujería es una práctica que consiste en el uso de poderes sobrenaturales para influir en la realidad, ya sea para el bien o para el mal, lo cual tiene unos riesgos.
Existen diferentes tipos de brujería, como la magia blanca, la magia negra, la magia roja, la magia verde, etc. Cada una tiene sus propios fines, métodos y consecuencias.
Practicar brujería no es un juego ni una diversión. Implica riesgos tanto para el que la realiza como para el que la recibe. Algunos de estos riesgos son:
Es sabido que la magia negra exige que una persona genere, es decir cree, un tipo de energía especial que es dirigida al mundo.
Esta energía puede tener efectos negativos sobre el propio brujo o bruja, como enfermedades, accidentes, depresión, mala suerte, etc.
Además, puede atraer a entidades malignas que se alimentan de esa energía y que pueden poseer o atormentar al practicante.
La brujería puede ser usada para manipular los sentimientos y las voluntades de otras personas, como por ejemplo para enamorarlas, separarlas o dominarlas.
Sin embargo, esto puede generar consecuencias indeseadas, como obsesiones, celos, violencia, rechazo o venganza.
Además, puede interferir con el libre albedrío y el karma de las personas involucradas.
La brujería implica el contacto con seres invisibles que pueden ayudar o perjudicar al brujo o bruja.
Estos seres pueden ser espíritus de la naturaleza, ángeles, demonios, ancestros, etc. Sin embargo, no todos son benevolentes ni confiables.
Algunos pueden engañar, mentir o aprovecharse del practicante para sus propios fines.
Otros pueden ser malévolos y causar daño físico o mental al brujo o bruja o a sus seres queridos.
Uno de los peligros mayores en el uso de esta magia es aquel que lleva a las personas a perder su individualidad.
Al recurrir a fuerzas externas para lograr sus objetivos, el brujo o bruja se vuelve dependiente y pierde su confianza y su autoestima.
Además, puede desarrollar una personalidad egoísta, arrogante y cruel, que lo aleja de sus valores y principios morales.
La brujería puede generar rechazo y hostilidad por parte de la sociedad, especialmente en aquellas culturas donde está prohibida o condenada por la religión o la ley.
Las personas acusadas de brujería pueden ser víctimas de marginación, abusos y asesinato por parte de multitudes enfurecidas que creen que son responsables de males como enfermedades, muertes o desgracias.
Estas acusaciones suelen recaer sobre mujeres y niñas vulnerables, que son estigmatizadas y torturadas sin piedad.
Como se puede ver, practicar brujería no es algo trivial ni inocuo. Implica riesgos graves que pueden afectar la vida y el destino del brujo o bruja y de las personas a su alrededor.
Por eso, antes de iniciar o continuar con esta práctica, es importante reflexionar sobre las motivaciones, las intenciones y las consecuencias que puede tener.
* Esta nota fue escrita con ayuda de inteligencia artificial
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