Para tener en cuenta 1:
Con este sugestivo título, “Yo, un asesino”, se abre paso la nueva producción literaria de Marino Millán. Una novela que se ajusta a su estilo y temática que ronda por la novela negra y policiaca, la misma que presentará el próximo primero de junio en la Librería Oromo, a las 5:00 pm, en Cali, ciudad que, precisamente, es el escenario de su segunda novela, la primera se llama “El hombre de los mil ojos”, que vio la luz en el 2023.
De su autor insisto en considerarlo como un escritor maduro, más no tardío y con capacidad de autocrítica y hasta recrítica.
Para tener en cuenta 2:
Con el bagaje que me concede haber leído sus producciones anteriores, “Mis errantes vivencias” (2020), “Pasiones condenadas” (2021), “Vidas en trance” (2022) y “El hombre de los mil ojos”, afirmo que en su estilo Marino Millán sorprende con un estilo donde la ficción se mezcla con grandes sorbos de la realidad, aunque también se podría afirmar que la realidad es llevada a la ficción.
Depende desde qué esquina esté situado el lector en el momento de sumergirse en la lectura, pues tiene la capacidad de convertir al lector en un ser activo.
Para tener en cuenta 3:
Marino Millán Moscoso, es muy conocido en el periodismo deportivo sin segundo apellido, desde la postpandemia del Covid 19 comenzó a despuntar en su faceta de escritor.
Gran parte de culpa la tuvo su señora madre, Merceditas, quien lo empujo a esta piscina para que sacara a la luz escritos que mantenía guardados.
El paso siguiente fue reescribir, ajustar y poner a consideración de amigos… Así comenzó a publicar y a sorprenderse por la acogida alcanzada.
Para tener en cuenta 4:
Bien lo dijo cierta vez en un conversatorio en la Biblioteca del “Estadio Pascual Guerrero”, sí, en el estadio de Cali: “amigos y conocidos me dicen que escriba sobre deportes…, mientras que lectores me dicen que no vaya a escribir sobre deportes”.
El dilema es roto con su temática muy propia de la novela negra y de la novela policíaca, pero siempre haciendo énfasis en la impredecible condición humana, desde los más altos pensamientos, hasta las más bajas pasiones, incluyendo el irrespeto por la vida y el tejido entrampamientos a los que suele dar fin desatando nudos con filigrana de detalles que se juntan al final cual imán del gitano aquel que cada año llegaba a Macondo y hacía volar los clavos de los asientos y bancas.
Para tener en cuenta 5
El prólogo es del cronista Alberto Pérez López (Alpelo), quien en uno de los apartes de su escrito expresa: “Yo, un asesino”, que no es lo mismo que decir “Yo, el asesino” -Un detalle mínimo, pero significativo-, vive y palpita en Cali.
Es la ciudad de los años ochenta que el autor se encarga de describir con detalles fieles a la época, pero por, sobre todo, con los nombres de los sitios públicos, de las discotecas, los restaurantes y los entornos de lo que fue la capital de la bonanza.
Un retrato como el que hizo de una Cali muy distinta, la de los sesenta, desde luego que, con otra intención, Andrés Caicedo, en “Que viva la música”
Ya, en gustos internos, esperaba que el prólogo fuera más sobre la personalidad y todo aquello que lleva en sus alforjas Marino Millán dado el profundo conocimiento que se tienen entre sí y lo mucho que comparten. Claro que este deseo no le resta valor alguno al prólogo bastante bien logrado dentro de la temática asumida.
Para tener en cuenta 6
Se podría decir que es una novela de época, pero no… en realidad su puesta en escena admite que el lector no tenga conocimientos sobre aquellos años ochenta y la bonanza del narcotráfico en Cali.
No es requisito básico estar empapado sobre aquel entonces para meterse en este libro, pues los factores e hilos dominantes son otro. Creo que, en esta oportunidad, el Cali que plantea Marino Millán lo expone con tanta filigrana que el lector asimila el escenario.
Para tener en cuenta 7
“Yo, un asesino” lo defino como el escenario de las emociones, que afloran por un crisol de motivos y causas, nadie juzga a nadie y las consecuencias son imprevisibles, todo en una trama con mampara policíaca y detectivesca.
La narración se hace con tanta tensión, dureza y entrega en los detalles, que, por momentos, el lector termina siendo, a veces cómplice, en otras ocasiones fisgón y en algunas oportunidades personaje activo de lo que pueda ocurrir.
– Chao. Nos vemos mañana… Gracias a DIOS por todo…y a Usted por Ventanalector…
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