Gustavo Álvarez Gardeazábal

La crónica de Gardeazábal

Guasapeando

Gustavo Álvarez Gardeazábal

El colapso cibernético durante casi 8 horas que sufrimos ayer en todo el mundo los dos mil millones de usuarios que tiene el” Guasap”, y los no sé cuantos que poseen entre Face e Instagram, puede hacer pensar muchas cosas, desde graves hasta risibles.

Independiente de las disculpas mentirosas del multimillonario Mark Zuckerberg ,dueño del imperio comunicador,y uno de los nuevos dueños del mundo,la verdad es que lo que presenciamos ayer antes que nada fue la comprobación fehaciente de la dependencia y el dominio que la humanidad sufre de parte de los algoritmos que manejan Facebook por un lado y Microsoft por el otro,aunque el daño cibernético solo lo sufrió la empresa del señor Zuckerberg y no la que controla Bill Gates.

Ayer sentimos que nos habíamos acostumbrado de tal manera a comunicarnos por el “guasap”, ya fuera para no tener que usar el tradicional y ya caduco correo de Gmail o el de mensajería del mismo Facebook ,que al no tener el hilo conductor del mensaje instantáneo escrito, o del audio grabado para escapar del diálogo verbalizado que nos permiten todavía los celulares a dos mil millones de usuarios, pero se nos despertó la imaginación o el terror por las dificultades que comenzamos a experimentar.

Yo, por ejemplo, que traslado a casi tres millares esta crónica diaria abusando del guasap y que puedo ,luego de grabarla en spreaker,colgarla de la pared pública de face,me tuve que poner a revisar archivos de cuando la mandaba por gmail usando la mensajería costosa del mailchimp, tratando al menos de revivirla.

Pero lo que si tengo que confesar es que pese a todo lo que he denunciado sobre la esclavitud en que hemos quedado con Facebook y Twitter e Instagram y Gmail, la circunstancia de sentirme sin ellos me llevó imaginariamente a la situación de la ciencia ficción con la que viven amenazándonos si llega a estallar una dizque llamarada solar y nos quedamos una semana sin electricidad y sin internet .

No fueron sino 8 horas que tal vez no nos sirvan de experiencia porque desde anoche mismo estábamos otra vez usando el teclado ,dándole adaptación lingüística y verbal al nuevo vocablo que a ningún algoritmo afortunadamente se le habría ocurrido: guasapeando.

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