Cali, marzo 28 de 2024. Actualizado: jueves, marzo 28, 2024 00:21
De la misma forma en que se exige al Gobierno más recursos para la educación superior, se debe exigir que estos se inviertan bien.
Así como el grueso del país ha apoyado, y con razón, a los estudiantes de las universidades públicas en la exigencia de más recursos al Gobierno Nacional, también debe, por el bien de la educación superior, exigirle cuentas claras a las universidades sobre el manejo de sus recursos.
Esta reflexión surge a raíz de la intención manifestada por los rectores de algunas instituciones de manejar directamente los $500 mil millones anunciados por el Gobierno Nacional para las universidades a raíz de la masiva movilización de hace unos días.
Los recursos, sin duda, tienen que llegar a las universidades, pero hay que controlar que se inviertan en lo que se necesita.
Por eso el apoyo del país a la educación superior pública no se puede quedar en exigirle mayores aportes a la Nación, ese apoyo debe ser también de veeduría a esos aportes, para que se inviertan en lo que se tienen que invertir y se traduzcan en mayor cobertura con calidad.
La rendición de cuentas por parte de las universidades es fundamental en este proceso; saber cuánto cuesta cada cosa y qué se hace con los recursos para sacarles el máximo provecho.
¿Cuánto cuesta un profesor? ¿Qué carga académica tiene? ¿Cuánto del personal es docente y cuánto administrativo?
Donde haya recursos públicos no puede haber autonomía presupuestal y administrativa, al contrario, debe haber mayor vigilancia.
Al interior de algunas universidades públicas se han dado manejos dudosos y el país necesita tener la certeza de que los recursos adicionales que se anunciaron no serán para alimentar la burocracia educativa, que existe, sino para darle a más jóvenes colombianos la oportunidad de transformar su vida a través del conocimiento.
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