Cali, agosto 15 de 2022. Actualizado: viernes, agosto 12, 2022 22:47
El anuncio hecho por las autoridades del Cauca, que confirmaron el reclutamiento forzado de ocho menores de edad por parte de las Farc es desconcertante, pues no se entiende cómo este grupo armado comete este tipo de delitos mientras en Cuba, donde adelanta un proceso de negociación con el Gobierno de Colombia, pontifica sobre la paz.
El reclutamiento de menores de edad viola todas las normas del Derecho Internacional Humanitario, y, según las autoridades del Cauca, al menos 60 adolescentes e incluso niños habrían sido enlistados a la fuerza en las filas de las Farc. ¿Cómo este grupo subversivo pretende que se le reconozca un estatus político si insiste en este tipo de prácticas? ¿Cómo puede el Gobierno Nacional pedirles a los colombianos que crean en el proceso de paz, si su interlocutor en la mesa de diálogo no renuncia unilateralmente a sus hábitos bárbaros?
El reclutamiento de menores es una de las principales causas del desplazamiento forzado en Colombia; las familias campesinas prefieren migrar hacia los centros urbanos para evitar que sus hijos sean convertidos en secuestrados combatientes.
Hoy no sólo las Farc reclutan menores de edad, otros grupos delincuenciales surgidos de desmovilizaciones anteriores, como las bacrim, lo hacen no sólo en el campo sino también en las zonas deprimidas de los centros urbanos.
La vulnerabilidad de los niños frente a los actores ilegales no es solo por reclutamiento, también son víctimas frecuentes de los ataques a escuelas, de minas antipersona y de violencia sexual. Por eso, si las Farc en verdad quieren la paz, deben renunciar sin ninguna condición a las acciones contra los menores de edad, y el Gobierno, que se supone debe defender a las nuevas generaciones, debe exigirlo como inamovible para continuar con los diálogos de La Habana.
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