Cali, agosto 17 de 2022. Actualizado: miércoles, agosto 17, 2022 20:13
La condena a siete años de prisión impuesta a un ladrón de celulares en Cali es ejemplar, pues se trata de uno de los delitos que más afectan a los colombianos y que pocas veces es castigado. Los reportes indican que al día 4.656 personas son víctimas de esta modalidad de atraco en Colombia.
No se puede olvidar que un ladrón de celulares es un asesino en potencia que en cualquier momento puede usar un arma en contra de una víctima que se resista al robo. Por eso, este tipo de condenas no pueden verse desde una posición
lastimera, sino que, al contrario, merecen todo el respaldo ciudadano.
Sin embargo, el contraste entre esta pena y las que han recibido otros delincuentes, como los primos Nule, condenados a siete años y medio de cárcel por apoderarse de $53 mil millones de pesos, o las de ocho años impuestas a jefes paramilitares autores de masacres, abrió un debate sobre la falta de proporción en materia penal.
Este debate es oportuno, sobre todo ahora que no se descarta que el Gobierno Nacional llegue a un acuerdo en el que los cabecillas de las Farc, responsables de secuestros, narcotráfico, desplazamientos, homicidios, entre otros delitos, se salven de ir a prisión y sus crímenes queden impunes. ¿Cómo entender que autores de actos terroristas no vayan a la cárcel y un ladrón de celulares tenga que cumplir una pena de siete años?
No se trata de defender a los atracadores, sobre ellos debe caer todo el peso de la ley, con penas ejemplares, pues la impunidad y las condenas laxas estimulan la delincuencia; los países seguros imponen condenas que dan miedo a través de sistemas judiciales que funcionan. De lo que se trata es de reclamar igual severidad a la hora de juzgar y condenar a los delincuentes, ser estrictos con todos, pero con penas proporcionales a sus actos.
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