He seguido juiciosamente cada debate realizado con los candidatos a la Presidencia, leído en detalle cada propuesta de gobierno, monitoreado cada respuesta, y les puedo decir con preocupación que los problemas que afectan a nuestra niñez al parecer no son un reto serio para ninguno de ellos.
Los niños en Colombia, representan el 34% de la población en el país y por eso resulta importante que sean escuchados, reconocidos y valorados como el bien más importante de la nación.
Según la organización internacional Save The Children, Colombia es un mal país para ser niño y esa imagen negativa tiene una implicación muy fuerte para el progreso y desarrollo en la garantía de sus derechos.
Los niños que viven en zonas rurales claman por agua potable, buena alimentación, condiciones dignas para estudiar y espacios públicos gratuitos para que puedan jugar.
Uno de los grandes objetivos al que debería comprometerse el próximo presidente estaría en función de consignar los asuntos urgentes de la niñez en el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022.
De todos los candidatos, el único que ha sentado una posición responsable con el tema de la niñez y que estuvo dispuesto a escuchar a los niños ha sido Gustavo Petro, sin querer decir que haya sido la más visionaria. Personalmente, sueño con el día en que se pueda pensar en la creación de un Ministerio para la niñez, que pueda implementarse a través de secretarías en las gobernaciones y alcaldías, con estrategias que reduzcan los altos índices de maltrato a la niñez y se garantice una educación de calidad con pedagogía para que los niños sean felices.
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