El voto debe ser coherente con, al menos, la estructura básica que cada votante tenga en su ideología o modelo de vida.
Me explico, no creo que exista el candidato ni político perfecto, pero sí existe uno que coincide más con mis pensamientos, mis ideas y mis criterios.
Si tengo propuestas que me gustaría que un político llevara a cabo, pues entre más tenga en común por ese debería votar, para no estar después reclamando que el aborto sí o que no, que el fracking sí o que no, que los bancos sin límites o con límites a las tasas de interés, en fin.
Es decir, yo tengo unas ideas con sustento y creo que mi candidato debe estar en línea con alguna de ellas por lo menos, para votar por él (aunque la historia nos ha enseñado que algunos cuando llegan al poder se voltean y cambian de opinión completamente).
Creo que la privación de la libertad debe ser excepcional; que la droga debe legalizarse, pero mientras eso sucede hay que combatirla, incluso con glifosato; que la eutanasia sea posible; que el aborto sea más libre; que a las cortes se les quite la facultad electoral; que el Ministerio Público salga del proceso penal.
A lo mejor nadie tenga todo eso unido en un solo plan de campaña o a lo mejor nadie lo contemple siquiera, pero tengo el deber de informarme para votar y eso no lo hago escuchando debates, estudiando la historia del candidato y sus propuestas. ¿Ustedes lo hacen?
Los invito a que su voto sea coherente, a escuchar, investigar y hasta debatir con amigos y cercanos sobre cuál candidato es el mejor, no para que terminen en una pelea familiar, sino porque en el debate se encuentran posiciones e ideas que quizá no conocíamos respecto a los políticos y hasta lleguemos a cambiar de opinión.
Así como la política es dinámica, nosotros como votantes también podemos serlo, si ellos cambian de parecer nosotros también podemos hacerlo, escuchémoslos y si las nuevas ideas ya no están en línea con nuestros pensamientos, pues cambiemos de candidato.
Vota coherente siguiendo propuestas, ideas y hechos que hayan ocurrido alrededor de los candidatos, qué propuestas presentó en el pasado y cuáles salieron adelante, cómo gobernó si ya lo hizo, cómo se desempeñó en otros cargos, por ejemplo.
Aprovecho y hago un llamado a los abstencionistas, voten, aunque sea en blanco, el voto es la prueba reina de nuestro derecho a participar, por ello, vote para ser contado, para existir en la democracia.
Para los jóvenes volvamos trading la foto del certificado de votación, sintámonos orgullosos de ejercer este derecho, claro ojalá voten con coherencia.
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