Estamos en la temporada de Navidad, hay luces por doquier, ofertas comerciales a más no poder, elfos, renos, bastones, botas abarrotan las calles y las ventanas de los hogares, junto a la imagen dominante de Papá Noel o Santa Claus, como le dicen en otras latitudes.
La figura central de la Navidad contemporánea es ese señor de barba blanca y traje rojo al que los niños le piden regalos. Ya no se hace carta al Niño Dios, los pesebres son una muestra de exhibición y la Novena de Aguinaldos no es más que una excusa para comer buñuelos, brevas y manjarblanco. Hoy vivimos en una Navidad totalmente des-sacralizada en donde la sociedad de consumo ha hecho que nos olvidemos del verdadero sentido de la Navidad. Seguramente es mucho más fácil mercadear a Papá Noel que al Niño Jesús.
Este año justamente celebramos 800 años de la instalación del primer pesebre de la historia, montaje que estuvo a cargo de Francisco de Asís, un monje que después sería reconocido como un gran santo. Francisco quería ver con sus ojos el nacimiento de Jesús y decidió recrearlo en la Navidad de 1223 en el pequeño pueblo de Greccio, en Italia. Desde entonces la tradición del pesebre se enquistó en los hogares como un recordatorio de quien es el dueño de la Navidad; es que la propia palabra Navidad viene de natividad, que significa nacimiento, el nacimiento del Niño Jesús en el pesebre de Belén, no es nada distinto lo que celebramos.
La Navidad no son los regalos, no es la comida, no son los viajes, ello no quiere decir que no podamos hacerlo, o que esté mal, nada más alejado de la realidad; el llamado es a que no olvidemos el cumpleaños de quien estamos celebrando.
Por eso la imagen del pesebre es tan poderosa, porque nos hace pensar en lo simple y nos invita a la humildad. La Navidad es tiempo de reflexión, de perdón, de hacer propósitos de enmienda a quien hemos dañado.
No está mal que utilices a Papá Noel, sólo que no debes olvidar quien es el verdadero dueño de la Navidad.
Un saludo de Navidad para todos y todas y que el Niño Jesús nazca en sus corazones.
Comments
Fin de los artículos
No hay más artículos para cargar