El coronavirus es el peor desastre de las últimas décadas, pero todo se hace peor en un país donde no se hacen las cosas bien. Se afirma que se haga educación virtual, de hecho, no es posible, las clases menos favorecidas no tienen cómo hacerlo. La deserción será alta y la brecha entre los educados y la gente elemental será peor. Se dice que las EPS responden por una atención virtual, no es así, no se cumple, no llegan los remedios, tuve que ir a una cita presencial para recibir la atención y la formulación que necesitaba. Los bancos atienden pocas horas y con poco personal, claro las filas son enormes. Ni el gobierno ni los gobernantes locales controlan la especulación de productos simples como los huevos, los tapabocas y el alcohol, en una región llena de alcohol por los ingenios azucareros. Todo se hace mal.

Cali muestra las cifras más apremiantes. La Alcaldía demoró 25 días en determinar un control especial al Oriente y el Distrito de Aguablanca. No se trata de discriminar a nadie, pero sin duda los habitantes de estos sectores tienen un sentido de territorio propio, sin leyes, con códigos propios, además la Policía ni el Ejército los meten en control. Visto así, con la certificación que estos barrios son los de mayor contaminación, la situación se pone muy complicada. También se producen levantamientos, protestas y en cualquier momento ocurrirá un acto de insurgencia de altas proporciones.

¿Cómo es posible que las citas virtuales no funcionen, ni lleguen los remedios? Los bancos ganan mucho dinero y trabajan con cuatro empleados y nadie dice nada. ¿Quién manda en este país?

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